El equipo de gobierno cuatripartito de Vila-real no impulsará la ampliación del suelo urbanizable de la ciudad, como se proponía en el concierto previo del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), cuya tramitación inició en ejecutivo municipal del PP en la anterior legislatura.

Así lo ha manifestado a Mediterráneo el alcalde, José Benlloch, después de que Les Corts aprobaran el 17 de julio la nueva Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje, y que entró en vigor el pasado miércoles.

Y es que, según explica el munícipe vila-realense, la actual legislación “pone a nuestra disposición una serie de instrumentos que permitirán no tener que reformar el planeamiento urbanístico de la ciudad cada ciertos años, de manera que se puede llevar a cabo un desarrollo a menor escala”.

De ahí que, incluso, el ejecutivo que lidera Benlloch se plantea renunciar a continuar con el PGOU que inició el PP, “que era totalmente absurdo y proponía una ciudad para 130.000 habitantes --ahora hay censados algo más de 51.000 vecinos--, lo que ya se advirtió desde la propia Generalitat que no era asumible”. A cambio, el primer edil propone aprobar un Plan de Reforma Interior, dirigido a impulsar la urbanización de los espacios destinados para ello en el mismo casco urbano. Es el caso, por ejemplo, del solar de la Bassa d’Insa o el de Azuvi --cuyas naves se están derribando en la actualidad-- e, incluso, de los terrenos ubicados junto al instituto Broch i Llop, en los que inicialmente se proyectó la construcción de dos torres que, finalmente, no se formalizó.

A este respecto, Benlloch asevera que “no hace falta crecer hacia las afueras --en referencia a la recalificación de suelo como urbanizable al este de la N-340 previsto en el concierto previo--, porque con los programas que hay aprobados en el núcleo hay suficiente espacio para otros 25.000 habitantes”. H