No hace demasiado, allá por el mes de enero, los dos protagonistas del encuentro que mañana abrirá la 28ª jornada de LaLiga, el Villarreal y la UD Las Palmas, eran rivales directos. En aquel entonces, en la recta final de la primera vuelta, los dos equipos amarillos de Primera División solo estaban separados por seis puntos en la tabla. Los canarios pasaban por ser uno de los conjuntos revelación, a las órdenes de un Quique Setién al que le llovían los halagos por su fútbol alegre y ofensivo, un placer para la vista. El Submarino, por contra, vivía de las rentas de su buen arranque liguero, pero cerró la primera parte del campeonato encadenando seis encuentros consecutivos sin ganar, culminados por la dolorosa derrota en el derbi ante el Valencia.

Muchas cosas han cambiado (VER GRÁFICO ADJUNTO). Ahora, el Villarreal mantiene la ilusión por repetir la cuarta plaza de la pasada campaña, gracias a una seguridad defensiva inalterable desde el inicio de la temporada y al plus de efectividad que han dado el regreso de Soldado y la regularidad de Bakambu. Las Palmas, en cambio, no ha notado las llegadas de Jesé y Halilovic, en principio destinadas a potenciar sus opciones europeas. El clima de inestabilidad provocado por el enfrentamiento entre el entrenador, Setién, y el presidente, Miguel Ángel Ramírez, tampoco ha jugado a favor. El Villarreal visita Gran Canaria en el mejor momento posible: lanzado en la carrera hacia la cuarta plaza y ante un rival que se ha quedado en tierra de nadie.

Tras las ocho jornadas disputadas en la segunda vuelta de la Liga, la distancia entre el Villarreal y la UD Las Palmas ha crecido hasta los 16 puntos. Los objetivos se han separado y, mientras los de Escribá miran hacia la Champions, los canarios ven como la séptima plaza que puede dar esta temporada el billete para la Europa League se vislumbra a 12 puntos. Buena parte de esta ventaja la ha asentado el Villarreal gracias a su buen hacer a domicilio. Fuera de casa ha sumado 10 de los 12 puntos posibles. Solo se dejó dos por el camino en el Sánchez Pizjuán. En contraposición, el equipo de Setién ha perdido en este tramo sus primeros partidos en casa, donde ha pasado de estar invicto a sumar tan solo el 50% de los puntos.

El blindaje de la portería, allá donde el Villarreal roza la excelencia —solo cinco goles encajados en lo que llevamos de segunda vuelta, el más seguro de toda la Liga— se empieza a desangrar su rival, que el tercer equipo que más goles ha encajado desde la jornada 20ª a la 27ª. El cambio en la portería realizado por Setién —Raúl por Varas— tampoco solucionó las carencias defensivas de los canarios, que encajaron cuatro goles en su último encuentro, ante el Espanyol.

LOS CANARIOS , EN PICADO

Los de Fran Escribá esperan aprovechar los diferentes estados de ánimo por los que atraviesan los dos equipos que abrirán la 28ª jornada para llegar al parón por las fechas FIFA lo más cerca posible del Atlético y seguir con la inercia positiva que ha reactivado la ilusión por volver a jugar una previa de Champions el próximo mes de agosto. Con la nueva situación que ha dibujado la segunda parte de la competición, el partido en el estadio de Gran Canaria medirá a un Villarreal que estaría igualado a puntos con los colchoneros en la tercera plaza —solo por detrás de Barça y Madrid— en una hipotética tabla de la segunda vuelta y una UD Las Palmas que estaría peleando por la salvación si solo se contabilizaran las últimas ocho jornadas.