El rendimiento de un solo futbolista rentabilizó el trasvase de los 16 juveniles del Albacete que el Villarreal afrontó hace ahora 10 años, en marzo del 2007. Únicamente Mario Gaspar continúa en el club amarillo de aquella camada procedente del club manchego, pero su trayectoria en el Submarino ha hecho que valiera la pena aquel fichaje masivo. Una década después, el lateral derecho ha cumplido 300 encuentros en el fútbol profesional —las dos primeras categorías de LaLiga— vistiendo la camiseta amarilla, una marca que se reparte en sus encuentros en Primera y Segunda División, Copa del Rey, Europa League, Champions y la previa de la máxima competición continental del pasado mes de agosto.

Mario se convirtió en tricentenarioante la UD Las Palmas, aunque la efeméride no se pudo celebrar con un resultado positivo para seguir de cerca la estela del Atlético de Madrid y esa cuarta plaza que ahora se ha complicado un poco más, a siete puntos de distancia a falta de 10 partidos. Pocas trayectorias en el fútbol español han sido tan fulgurantes como la del defensa de Novelda, que a sus 26 años no solo ha conseguido situarse entre los cuatro jugadores con más partidos oficiales a sus espaldas en la historia del Villarreal, sino que ha adornado su extraordinario palmarés con tres internacionalidades en las que consiguió erigirse en el debutante con la absoluta de la Roja: dos goles en sus dos primeros encuentros con el combinado nacional, uno en partido oficial —ante Ucrania— y otro en un amistoso de gran prestigio, frente a Inglaterra, en el que su diana de tijera le valió a Mario estar entre los 10 nominados de la FIFA al Premio Puskas del mejor gol de la temporada 2015/2016, galardón que finalmente se llevó un semidesconocido, Mohd Faiz Subri.

Mario tan solo necesitó un par de años para debutar con el primer equipo del Villarreal, en marzo del 2009, cuando ya era un jugador que despuntaba en la cantera grogueta. Aquella primera experiencia en el Calderón, ante el Atlético, fue el pistoletazo de inicio a un rapidísimo ascenso hacia la élite. En las dos siguientes temporadas, el lateral diestro se hizo indiscutible en el Villarreal B de Segunda A, desde donde dio el salto definitivo a Primera a finales del 2010. Solo el descenso en la campaña 2011/2012 hizo retroceder al canterano, al que le costó volver a coger el pulso a la categoría de plata. Con la llegada de Marcelino y el posterior ascenso, Mario ya se hizo imparable.

UN JUGADOR INDESTRUCTIBLE

Tras el regreso del Submarino a Primera, el internacional ha disputado más del 90% de los partidos de Liga del Villarreal (130 de 142 encuentros), beneficiado por su escasa tendencia a ver cartulinas amarillas —no se prodiga en entradas bruscas ni en protestas a los árbitros— y en una resistencia física que le ha hecho inmune a las lesiones en su etapa como futbolista amarillo. Las rotaciones solo han afectado a Mario en las competiciones europeas y en la Copa del Rey. En el torneo de la regularidad su condición de intocable se ha hecho cada vez más patente. Esta temporada, Mario llegó a ser el jugador de campo con más minutos en la Liga. Solo la quinta amarilla en la visita del Madrid al Estadio de la Cerámica frenó su récord y evitó que el jugador noveldense tenga el pleno de minutos a falta de 10 jornadas para que acabe el campeonato. Sus 27 partidos completos en 28 jornadas confirman una regularidad abrumadora.

Solo tres jugadores del Villarreal han disputado más partidos oficiales en el fútbol profesional. Bruno, el líder, suma y sigue. Con su juventud y su rendimiento, el lateral tiene margen para alcanzar a Cani y Senna —ya retirado—, que ya no son competencia directa de Mario en su incesante escalada en la historia del club.