El pasado fin de semana resultó movido para Susana Puig y especialmente para su marido, Juanjo Torres, y su hermano, Sergio Puig, que tras conocer lo que estaba pasando en Ucrania y contactar con sus ahijadas ucranianas, no perdieron ni un momento para recoger lo que pudieron de alimentos, medicinas y ropa de abrigo y se lanzaron a la carretera en dirección Polonia, con algo más de 3.000 km por delante y la ilusión de encontrar a las niñas.

La historia tiene ya una semana: “Al principio de la invasión, las llamábamos constantemente para ver en qué situación se encontraban, pero no contestaban y no sabíamos dónde y en qué situación se podían hallar. Por fin a las siete de la mañana de un día de fallas sonó el teléfono. Nosotros somos falleros y al explicar lo que pasaba todo el mundo comenzó a darnos cosas para llevar allí”.

Juanjo es constructor y Susana regenta el bar de la plaza de Caudiel, el de los famosos almuerzos. Su relación con Sofía, Natia y Miroslava se remonta al año 2005 cuando a través de la Asociación Ucrania 2000 y dentro de un programa para la acogida de niños de Ucrania residentes en poblaciones próximas a la central nuclear de Chernóbil consiguieron traerse a Gaibiel para pasar el verano a una niña que repitió en los siguientes años hasta los 16 en que ya no lo permitía el programa. A la joven le siguió su hermana pequeña. Este contacto sirvió para estrechar la relación entre las dos familias hasta el punto de que las niñas consideran a Susana y Juan como sus papás.

No podían pues desatender a las niñas en esta situación y propusieron que las tres niñas vinieran a Gaibiel. También pretendían que viniera su madre pero un desgraciado suceso lo impidió y es que el vehículo de la familia ucraniana, residente en Leópolis (la ciudad limítrofe con la frontera polaca que también ha sido objetivo de las bombas rusas) en el viaje hasta la capital polaca fue tiroteado y el conductor, muy amigo de la familia que les hacía el favor, resultó herido, por lo que la madre de las niñas decidió quedarse para atenderlo.

Bajo esas circunstancias las tres niñas se encuentran en Gaibiel, un pueblo acogedor que ya conocen, en el que viven sus hermanos gaibielanos Juanjo de 18 años y Alba de 15 (hijos del matrimonio solidario), y en el que este miércoles han recibido la bienvenida por parte del Ayuntamiento con presencia de la alcaldesa, Ester Giralte.

La niña mayor se marchará a Bilbao, donde vive otra hermana, y con las otras dos pequeñas tanto el Ayuntamiento como los servicios Sociales de la Mancomunidad del Alto Palancia están realizando las gestiones necesarias para regularizar su situación.