Viver se encuentra situado en el Alto Palancia, en un espacio natural privilegiado. Su término municipal está rodeado por las estribaciones de las sierras de Javalambre y aparece abierto al mar Mediterráneo a través del tortuoso cauce del río Palancia, principal accidente geográfico y espectacular espacio natural al cual vierten los numerosos barrancos y fuentes diseminadas por el territorio.

Cuenta con numerosos atractivos que hacen que la localidad sea un plan perfecto para desconectar y disfrutar.

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La Plaza Mayor

Comenzó a construirse al finalizar la Guerra Civil, por el Regiones Devastadas, y fue inaugurada en el año 1945. Los edificios que forman esta plaza, incluido el ayuntamiento utilizan con profusión la piedra en zócalos, arcadas, esquinas, y el ladrillo de revestimiento.

Iglesia Virgen de Gracia

Imponente conjunto arquitectónico que preside la Plaza del Ángel, es el resultado de siglos de historia. Parece documentado que en el año 1367 los repobladores cristianos de Viver consagran una antigua mezquita como Iglesia, comprando además una campana para “llamar a los divinos officios a los cathólicos chistianos...”.

Ermita de Santa Bárbara

La ermita fue fundada en el año 1606, por el presbítero Antonio Barrachina natural de Viver. Un edificio de planta rectangular, sólidos muros de mampostería, sillares en cantoneras y portada y cubierta a dos aguas.

Antiguo Cubo-lagar

A lo largo de los siglos y desde los romanos, la historia de Viver ha ido en paralelo al vino, llegando su apoteosis en la segunda mitad del siglo XIX principios del XX, momento en el que se produce la llegada de la plaga de la filoxera a Viver, en 1915, provocando una crisis económica y la progresiva desaparición de la cultura del cultivo de la vid y de la elaboración del vino.

Edificación histórica artística relacionada con el cultivo de la viña y la elaboración del vino.

Cubo-lagar de Rocha Palmera

En 2012 un grupo de personas de Viver empiezan, acompañados por la Universitat Jaume I, un proyecto cultural de aproximación, conocimiento y difusión de todo este enorme patrimonio cultural relacionado con el vino del que podemos, aún hoy en día, encontrar importantes vestigios en Viver.

A nivel productivo o económico, el botánico Cavanilles, dice que es prodigioso el número de viñas. Esta afirmación corrobora la importancia de los cubos de vino existentes en la población. Esta gran producción vinícola debía ser distribuida, por lo que el mismo Cavanilles nos dice que un tercio de la población se dedicaba a la carretería, es decir, a los transportes, por lo que la actividad viti-vinicola de Viver fue el gran eje económico sobre el que creció el pueblo, apoyado por el paso del Camino Real.

Muralla Carlista

Se trata de una estructura defensiva. La Primera Guerra Carlista duró desde 1833 hasta 1840, y provocó un gran impacto, en la población de Viver, en materia urbana.

Antiguo Hospital

En 1656 el obispo Gavalda anotaba en su visita "adlimina" la existencia de un hospital en Viver. Su existencia está documentada desde octubre de 1628, pues se entierra a un difunto habido en este edificio. En septiembre de 1872 uno de los bautizados en la parroquia de Viver, procedía del hospital de esta Villa. El hospital todavía existía en 1913.

Hoy presenta un aspecto ruinoso, absolutamente desaparecido, queda tan solo esta humilde fachada, parece ser que fue uno de los accesos al mismo, donde destacamos los barrotes torneados de madera de la ventana.

Fuente de la Asunción

El historiador Francisco Diago fue el impulsor de la construcción de este monumento que conmemora la llegada de las aguas hasta el municipio. Se construyó en el año 1608 y a lo largo de los años ha ocupado diferentes posiciones en la Plaza de la Constitución. Su estilo barroco se ve reforzado por su forma de cáliz eucarístico y rematado por una imagen de la Asunción.

Iglesia y Convento de San Francisco de Paula

El primer convento de la Orden de Frailes Mínimos se fundó en Viver junto a la ermita de San Miguel en el año 1603. El 10 de julio de 1605 se produce el traslado de los monjes a este nuevo edificio, situado entonces extramuros de la villa.

Tras la desamortización, por la Orden de 20 de Febrero de 1821 se suprime el convento de religiosos Mínimos de Viver. En un principio pasó a manos del Estado y de éste al Ayuntamiento, se destinó a escuela de primera enseñanza, juzgado y cárcel. Durante las últimas décadas del siglo XX albergó las dependencias de la Cámara Agraria y el Cuartel de la Guardia Civil. Usos y transformaciones sustanciales que con el tiempo lo fueron deteriorando.

La Floresta

Es un parque natural y urbano de 40.000 metros cuadrados de extensión, situado en el singular cauce del barranco Hurón a su paso por la población. Se trata de un enorme hueco excavado en el terreno, de altísimas paredes rocosas, cubierto de una variada y frondosa vegetación, y surcado por hermosos saltos y cascadas de agua.

Históricamente, La Floresta fue un lugar salvaje, casi inaccesible; a modo de enorme foso, constituía un elemento defensivo primordial de la población, donde se construyeron las casas colgadas al feraz desfiladero del Hurón, hecho que le confiere hoy a Viver un pintoresco perfil urbano y paisajístico.