Afrontamos en esta ocasión una ruta circular de poca dificultad, pues transita en general por caminos anchos, que recorre parte de la zona Norte del término llegando al paraje del Manantial de la Fuensanta, sito entre Benafer y Caudiel, pero muy cerca de la linde de Viver. El trazado recorre parajes muy cultivados, pues esta zona del territorio ha sido desde antaño muy trabajada, pero en los últimos tiempos ha sido intensamente reconvertida al regadío por goteo de almendros y nogales. Atravesaremos distintas partidas, entre ellas principalmente la Ceradilla y la Fuensanta (también tiene este nombre la extensa partida de Viver), volviendo por las lomas que separan los términos de Benafer y Viver.

Partimos de la Fuente de Mosén Villar, en Viver, siguiendo la calle principal hacia el Norte, y pasando junto al antiguo molino de Sargantena, situado junto a un salto de la acequia comunera de San Miguel. Al poco pasamos bajo la carretera N-234 y seguimos por el camino asfaltado pero estrecho que nos lleva de nuevo junto a otro viejo molino, en este caso el Molino Lirián o Molinete, junto a la acequia de Magallán. Tomamos un camino a la izquierda y pronto otro a la derecha, que entre campos, nos llevan a pasar bajo la autovía A-23.

Debido a las transformaciones, los antiguos senderos de esta zona han quedado cortados, por lo que seguiremos por un camino asfaltado (aunque con escaso tráfico), conocido como el de la Ceradilla por atravesar dicha partida. A nuestra izquierda queda el valle del Barranco Hurón, donde están algunos importantes nacimientos como los Ojos del Prao y la Franqueza. Caminamos entre continuos campos de almendros, nogales y olivos, hasta llegar a la carretera CV-211 que une Benafer con Ragudo. Tomamos a la derecha, pero enseguida la dejamos para pasar por debajo de la vía del tren y poder acceder al trazado de la Vía Verde de Ojos Negros.

Seguiremos por la Vía Verde hacia el Este; desde su plataforma podremos observar las extensiones cultivadas que nos rodean. Detrás y al fondo quedan los Montes de Ragudo, y a nuestra izquierda la partida del Cerro Negro, con el monte homónimo que la cierra. A nuestra derecha quedan las partidas de la Ceradilla, Clotes de Piquer, Hoya Noguera y la Fuensanta.

Zona de la Ceradilla, que ha sido intensamente transformada en los últimos años. Mediterráneo

En un momento dado, antes de una amplia curva, podremos observar a nuestra izquierda y en la cuneta de la vía, un pequeño recinto: la Clocha de Chelín. Hoy en día suele estar seca, pero antiguamente solía tener siempre un poco de agua, que calmaba la sed de los agricultores que venían a trabajar por estas zonas. Al pasar junto a una pequeña área recreativa entramos en el término de Benafer; estamos en la partida de los Aljezares, característica por sus suelos yesíferos; incluso hubo una cantera de extracción de yesos.

Pronto estamos sobre los viaductos de la Fuensanta, dos recios puentes sólidamente construidos y de bonita arquitectura. Tras cruzar por el que vamos, dejamos el mismo y bajamos por su izquierda. Junto a una caseta podemos beber agua de un sobrante; es agua de la Fuensantilla, compartida por Caudiel y Benafer. Situados ya en el cauce del amplio barranco cruzamos bajo los puentes para llegar al cercano manantial de la Fuensanta, que nace a ras del suelo, surtiendo amplios riegos de Benafer y Caudiel.

Seguimos por el camino de tierra de la derecha, que en ligera subida nos devuelve a la carretera CV-211; de nuevo estamos en el término de Viver. Seguimos la carretera por la izquierda unos 100 metros y tomamos otro camino de tierra a la derecha, que sigue la linde entre Benafer y Viver, pasando por el Corral de Ismael o de la Urraca, y atraviesa las partidas de la Urraca y Peñas Blancas, bordeando por nuestra derecha la partida de la Fuensanta (de Viver). Vamos dejando varios desvíos, y nuestro camino se estrecha, pasando a ser una senda; a nuestro lado quedan los restos de un búnker o nido de ametralladoras, de la Guerra Civil.

Tramo de la Vía Verde, y en su borde la Clocha de Chelín. Mediterráneo

En este punto el camino se pierde un poco, pero hay que encontrarlo tras unos campos. Continuamos cruzando un amplio valle (estamos atravesando la partida y barranco de Despeñaperros), saliendo a un camino asfaltado (el de la Fuensanta). Siguiéndolo a nuestra izquierda, cruzamos la autovía por encima. Estamos ya cerca de Viver, y tenemos tres alternativas para llegar al pueblo. Una es seguir el camino que llevamos hasta enlazar con el de Benafer a Viver, y bajar por el mismo hacia la N-234 y Viver. Otra es tomar el camino de hormigón a la derecha, que nos lleva hacia el Molino Lirián y volver por el inicio de la ruta.

Y la tercera opción es tomar una senda que comienza junto al camino hormigonado, más entretenida pero algo erosionada. A los pocos metros debemos tomar otra senda a nuestra izquierda, que ya sin pérdida nos lleva a un estrecho camino de tierra que bordea la partida del Plano. Desembocamos en el camino asfaltado que viene de Benafer, y que nos lleva a la carretera N-234, no sin antes cruzar la acequia de Magallán por el puente llamado de la Urraca. La N-234 apenas tiene ahora tráfico, pero hay un paso peatonal un poco más a nuestra derecha. Entramos a Viver por la Fuente de la Teja y siguiendo la calle del Serrallo volvemos a la Fuente de Mosén Villar, o por un camino estrecho junto a la N-234 hasta cerca del Molino Sargantena y de ahí al punto de partida.

Ficha técnica

Punto de partida: Fuente de Mosén Villar, Viver.

Distancia: sobre 10,5 kilómetros.

Tiempo previsto: de 3 a 4 horas.

Dificultad: ruta fácil, aunque en un par de tramos se camina por sendas que requieren un poco de cuidado.