Segorbe urge a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que actúe en los cauces fluviales de los ríos, ramblas y barrancos del término municipal, que en muchos casos están invadidos por la vegetación, para evitar daños por la crecida del río. El concejal de Medio Ambiente, Vicente Hervás, atribuye esta situación al «abandono» del organismo estatal, que «no realiza suficientes actuaciones de limpieza y mantenimiento para prevenir desbordamientos y ofrecer a los vecinos un entorno de alto valor ambiental».
El edil recuerda que es el Ministerio para la Transición Ecológica el que tiene la competencia sobre los cauces y la CHJ es la que decide las actuaciones y su periodicidad, porque la intervención municipal queda limitada a «la limpieza de los emboces, provocados por el arrastre del agua, de los vados y puentes para facilitar el paso de personas y vehículos», indica.
Hervás recuerda que el Ayuntamiento solicitó en septiembre del año pasado la limpieza del tramo del río Palancia, desde la fuente de la Ribazada hasta la fuente de la Teja, pero asegura que «no han obtenido respuesta». Aunque la CHJ reconoce que estos días actúa en la limpieza del río Chico o Aurín, lamenta que no intervenga en la fuente de los 50 Caños, «una zona que es muy visitada por los turistas y aún es un cañaveral».
Riesgo de desbordamiento
De hecho, el edil alerta de que si se repitieran lluvias como la del 1957, donde el agua cubría en su totalidad lo que ahora es la avenida del Mediterráneo, «el riesgo de desbordamiento sería evidente». Así lo advierte también Vicente Carbonell, un vecino que tiene un taller en las inmediaciones del puente de Montero y que critica que está invadido por cañares, arbustos y maleza. Avisa de que, en caso de un aumento del caudal, las malas hierbas impedirían el paso del agua, con la agravante de que el puente por el que discurre la antigua carretera N-234 de acceso a Segorbe tiene un ojo pequeño para la anchura del cauce.