Según la RAE (Real Academia Española) se define deporte como: ‘Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas’.

También es ‘Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre’. Por tanto, como ya dicta la definición, deporte es diversión.

En la actualidad me hallo inmersa en una investigación sobre ‘Motivos para la participación en deporte’, y el motivo principal de práctica deportiva es por la diversión que suscita, y a su vez, el principal motivo de abandono del mismo es el aburrimiento o falta de interés. Pero, ¿por qué nos aburrimos o perdemos el interés en el deporte?

Cuando una actividad, en principio divertida, se convierte en monótona y repetitiva.

Cuando algo placentero en inicio se convierte en una obligación.

Cuando el deporte en lugar de servirnos para disfrutar nos genera más estrés.

Vamos a tratar de analizar a continuación las causas y motivos que pueden llevar a que se produzca en el corredor esta situación de aburrimiento.

1.Expectativas

Generalmente todo parte del momento en el que las expectativas sobre nuestra actividad física o rendimiento deportivo se desajustan. En muchas ocasiones son terceras personas quienes esperan del deportista un rendimiento o unas marcas, que el atleta siente que no le corresponden por lo que esto comienza a generarle estrés y por tanto ansiedad, ya que el runner sentirá que ‘no puedo’.

Otras veces, es el propio deportista quien se marca unos objetivos o demasiado fáciles, lo cual le provocará aburrimiento, o por el contrario objetivos demasiado difíciles, lo que en este caso le generará una excesiva obligación para cumplir sus propósitos.

2.Monotonía

La monotonía surge cuando los entrenamientos son siempre exactamente iguales. Para evitarlo, es aconsejable siempre con el asesoramiento y aprobación del entrenador o entrenadora, variar entrenamientos. Por ejemplo la fuerza se puede trabajar de distintas formas (en gimnasio, al aire libre mediante cuestas, con escaleras, gimnasia tradicional, corriendo por montaña…) y esto hará que diferentes ejercicios den el mismo resultado con el incentivo de añadir variedad al plan de entrenamiento.

3.Obligación

La obligación se produce cuando nos planteamos la actividad física o el deporte como un deber inexcusable. También cuando nos planteamos un calendario de entrenamientos o competiciones demasiado ambicioso y difícil de compaginar con estudios y nuestra vida laboral, familiar o cotidiana. La sensación de no tener tiempo para llegar a todo, generará en nosotros, frustración y sentimiento de obligación.

Por todas estas variables, tenemos que plantearnos siempre el deporte como algo divertido, saludable, placentero, que nos proporcione una vía de escape y liberación del día a día, pero siempre teniendo en cuenta el componente de realidad de ¿qué puedo hacer? ¿Qué quiero hacer yo? ¿Hasta dónde puedo comprometerme en el deporte? ¿Qué objetivos quiero y puedo cumplir? Y sobre todo ¿Qué quiero que me aporte el deporte?

Las diferentes investigaciones dicen que dejar de divertirse con el deporte equivale al abandono de la práctica deportiva.

Así que responde a las preguntas del párrafo anterior y ya sabes, ¡a disfrutar!

*Psicóloga Deportiva

twitter: @mvallsbarbera