Atletismo

La Contra de Deportes: Mucho más que competir

Mullunesh Marina Porteiro se define etíope, castellonense y gallega a partes iguales. Esta es su particular aventura

Marina Porteiro, en el Marató bp Castelló.

Marina Porteiro, en el Marató bp Castelló. / Mediterráneo

Enrique Ballester

Enrique Ballester

El deporte en general, y el atletismo en particular, causa un impacto en quienes lo practican que va más allá del mero resultado de la competición. Un claro ejemplo de ello es Mullunesh Marina Porteiro, cuya historia vital está estrechamente ligada a las carreras y los entrenamientos.

«Hay gente que es feliz con el dinero o con la comida, y a mí me hace muy feliz el atletismo», resume. El vínculo de Marina Porteiro con el deporte rey arranca a los 8 años, cuando se une a la escuela de atletismo del Playas de Castellón. Poco después, cuando cursaba quinto de Primaria, su profesor de Educación Física apreció sus capacidades atléticas y le propuso realizar las pruebas en el centro especializado de Penyeta Roja. «Tenía diez años, las superé y ahí comenzó todo», desgrana Porteiro.

El traslado

Sin embargo, a los pocos años esa relación se rompió, al menos momentáneamente. Mullunesh Marina Porteiro nació en 1997 en Etiopía, de donde proceden sus padres. De 2004 a 2009 vivió en Castelló, pero entonces su familia consideró que era mejor que los niños crecieran en un entorno más tranquilo. Por ello, se trasladaron a una aldea gallega donde era demasiado complicado federarse para competir. No fue hasta el tiempo de la universidad en Pontevedra, donde estudió Ciencias del Deporte, cuando volvió a cruzarse en su vida de una forma seria el atletismo.

«Estaba corriendo por la ría y un señor me preguntó si competía con algún club, porque le gustaba como corría», explica Porteiro. Esa pregunta desembocó en la incorporación de la joven a las filas de la Sociedad Gimnástica de Pontevedra, uno de los clubs más veteranos y relevantes de Galicia, y en el regreso de Marina a competir de una manera regular y federada.

Una forma de vida

De vuelta a Castelló, sigue militando en su club pontevedrés, consciente de que vivir del atletismo no es una opción viable. «Sobre todo por una cuestión de tiempo, yo trabajo y voy a opositar para ser profesora de Educación Física y no puedo dedicarme al cien por cien a ello», desgrana. Esto no impide que el atletismo sea un asunto sustancial en su vida. «Si no hiciera atletismo, no sería la misma persona. Para mí es tan natural como respirar o beber agua. El atletismo es una vía de escape que me hace muy feliz», insiste.

Marina, en acción.

Marina, en acción. / Mediterráneo

Como a tantos corredores, el atletismo ha marcado las enseñanzas vitales de Marina Porteiro. «Pese a ser un deporte individual, al final las rivales también son compañeras e incluso amigas. El atletismo te enseña una serie de valores que para mí son muy importantes: saber compartir, gestionar las frustraciones y las derrotas, ser humilde, saber superarte...», añade. «También te permite viajar y conocer otras personas y otros países. Mis metas ahora mismo no son tanto ganar campeonatos sino compartir momentos y experiencias que nos regala este deporte».

 En grandes eventos en la provincia, como el Maratón de Castelló, aprovecha para conocer a compatriotas. «Soy muy fan de los corredores de mí país y me encanta ir a verlos», dice. Etiopía, su país natal, es junto a Kenia la cuna del fondo y el mediofondo mundial, algo que Porteiro porta con orgullo.

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