Vuelve a Castellón con el aval de ser uno de los grandes triunfadores de la feria de junio pasado tras cortarle dos orejas a un toro de Adolfo Martín. Una apuesta de la que salió victorioso. Una gesta en uno de los mejores años de su carrera. «Cuando uno se anuncia para lidiar este tipo de ganaderías lo hace con toda la responsabilidad que conlleva y triunfar con ella. Torearla por torearla no te llena ni te sirve profesionalmente. Yo guardo muy buenos recuerdos de esa tarde en Castellón, que me sirvió mucho profesionalmente», recuerda el diestro de Gerena.

Está anunciado en la Magdalena, el jueves 24 de marzo, junto a El Fandi y Ginés Marín para estoquear una corrida de Matilla. «La Feria es inmejorable y hay que darle la enhorabuena a la empresa por los carteles. Tengo mucha fe en que la gente va a acudir a la Magdalena y en junio. La temporada ha comenzado con muy buen pie, hay ganas de toros. Veo la ilusión en todos de retomar una campaña de principio a fin».

OTRO AÑO CLAVE

Es el momento Luque. Atraviesa una segunda madurez, un estado de felicidad que se refleja en la plaza. Se ha subido a un tren del que ya no se quiere bajar. «Es que esta profesión resulta muy complicada y todos los años no salen las cosas igual. Es verdad que la madurez, fruto de haberme equivocado muchas veces, me ha enseñado a no caer en los mismos errores y saber qué camino escoger. Cuando salgo a la plaza siempre voy a dar el cien por cien porque esa actitud se valora, y para que después vuelvan a contar conmigo. Eso es lo más importante». 

Daniel Luque es consciente de que 2022 es una temporada decisiva, en la que debe corroborar que lo de los últimos meses no es fruto de la casualidad. «A mí no me perdonan nada y al final te das cuenta de que cuando te exigen es porque te pueden exigir, porque saben que lo puedes dar. Yo estoy capacitado para que me exijan y dar lo que llevo dentro. Con que me acompañe la suerte y sea capaz de tirar adelante en los momentos claves, puede ser una temporada muy interesante y bonita a la vez. Esta profesión es una lucha constante, sobre todo con uno mismo, que es indispensable para mejorar y ser libre en la plaza, para poderse expresar como uno siente».

PLENA MADUREZ

Sus palabras denotan madurez y claridad de ideas, un pensamiento que se refleja en la plaza frente al toro. «He pasado por muchas etapas. He estado arriba, me he caído, he sido capaz de recuperarme… y eso te da mucha tranquilidad. Recuerdo que cuando llegó la pandemia estaba todo el mundo asustado y yo lo cogí con cierta tranquilidad porque años atrás ya había vivido otras pandemias taurinas y había pasado lo mío».

Luque fue precisamente, uno de los diestros que más toreó en tiempos de coronavirus: «Había que salir a la plaza con mascarilla, toreábamos con menos de mil personas en las gradas para jugarnos la vida con una corrida de plaza de primera, con la televisión como testigo... Hemos sido muy valientes todos los que hemos tirado del carro durante ese tiempo. No sé si el público ahora lo reconocerá o no, pero valoro mucho a todos los toreros que fuimos capaces, en esos duros momentos, de jugarnos la vida por un sueldo. Eso habría que premiarlo», concluye.