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Los nutricionistas y otros profesionales sanitarios vienen alertando desde hace tiempo sobre la necesidad de reducir el consumo de azúcar entre la población.

Y es que, según señala la Organización Mundial de la Salud, es necesario disminuir, como mínimo, un 10% el consumo de azúcar libre de la ingesta calórica total, para evitar problemas como la obesidad o enfermedades cardiovasculares.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de azúcares libres? Pues aquellos que se añaden a los alimentos, bien por parte de los fabricantes, por los cocineros o por los propios consumidores. Y dentro de este apartado también están incluidos los azúcares que están presentes de forma natural en productos como la miel o los zumos naturales.

Frente a ellos están los azúcares naturales, aquellos presentes en frutas y verduras, y cuyo consumo es saludable.

Está científicamente demostrada la estrecha relación de la ingesta de los azúcares libres o añadidos con la obesidad y el sobrepeso. Y como padecer estas patologías aumentan considerablemente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, reducir la ingesta de este tipo de azúcares se ha convertido en una de las claves para mejorar la salud de la población.

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Según los datos de Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el 17,4% de la población adulta española es obesa y otro 37,1% tiene sobrepeso. En resumen, el 54,5% de los adultos tiene exceso de peso. Los hombres son los que más la padecen, un 62,5%, frente al 46,8% en mujeres.

AESAN también señala que el consumo de azúcares de la población española está por encima de las recomendaciones establecidas por la OMS. El 25,6% de los adultos consumen 94,3 gramos diarios cuando lo ideal sería unos 25 gramos. Casi 4 veces más.

Especialmente preocupante es el porcentaje de mujeres embarazadas, un 44,9% que ingieren un exceso de azúcar, lo que puede provocar que el bebé sea de mayor tamaño, lo que provocaría un mayor riesgo de cesárea o preclamsia.

Teniendo en cuenta estos datos y que sólo el 7,3% de la población adulta sigue la recomendación de consumir cinco piezas de fruta o verdura al día, no reducir la cantidad de azúcares añadidos en nuestra dieta diaria hace que tengamos 3 veces más posibilidades de fallecer por un accidente cardiovascular.