Dos estudios apuntan nuevos defectos genéticos e inmunológicos como causa de una Covid-19 grave o crítica.

Ambas investigaciones se centran en el papel del gen TLR7 y los autoanticuerpos contra los interferones de tipo I, una sustancia natural que ayuda al sistema inmunitario.

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Los estudios, liderados por la Universidad Rockefeller de Nueva York y el Hospital Necker-Enfants Malades de París en colaboración con el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, están publicados en Science Immunology.

Gen TLR7 y el riesgo de Covid-19 grave en jóvenes

El primero de los estudios establece que los pacientes con mutaciones o deficiencias en el gen TLR7 tienen más posibilidades de contraer un diagnóstico de coronavirus grave o crítico.

Este gen forma parte del sistema inmunitario y contribuye a la producción de los interferones de tipo I, que son claves para construir una respuesta inmunitaria contra el SARS-CoV-2.

Por otra parte, el TLR7 es un gen que se encuentra en el cromosoma X. Esto podría ayudar a explicar el peor pronóstico de la Covid-19 en hombres respecto a las mujeres.

En cuanto a los 1.202 estudiados durante la investigación, 20 de los pacientes entre los 7 y los 71 años presentaron deficiencias en el TLR7.

«Autoinmunidad» que aumenta el riesgo en mayores

El segundo trabajo partía de la experiencia de que la edad es el principal factor de riesgo para padecer coronavirus.

En concreto, se basan en los datos que demuestran que el riesgo de hospitalización y muerte por neumonía se duplica cada cinco años.

Así, esta investigación confirma que el incremento del riesgo se explica, al menos en parte, por la presencia de autoanticuerpos contra interferones de tipo I.

En otras palabras, por el desarrollo de una respuesta autoinmunitaria contra dichos interferones, una sustancia natural que ayuda al sistema inmunitario.

Los resultados muestran que, en global, un 13,6 % de los pacientes con Covid-19 tienen este tipo de autoanticuerpos. El porcentaje aumenta hasta el 20 % en pacientes mayores de 80 años con esta condición.

El hospital barcelonés ha recordado que la presencia de estos anticuerpos es causa y no consecuencia de una infección por coronavirus, ya que la población general los tiene.

«Con la edad, el sistema inmunitario va envejeciendo: es lo que se conoce como inmunosenescencia. Esto hace que sea más probable que aparezcan fenómenos de autoinmunidad como este», ha puntualizado Soler-Palacín.

Para este análisis, los investigadores estudiaron muestras de sangre de 3.595 pacientes hospitalizados por Covid-19 crítica y 623 pacientes graves.

También tomaron muestras de 1.639 pacientes leves o asintomáticos y 34.159 individuos sanos.

Los autores de los dos trabajos han insistido en la importancia de conocer los factores que influyen en la respuesta ante el SARS-CoV-2.

Además, esperan que estas investigaciones abran la puerta a terapias dirigidas en función del perfil de cada paciente.