Una familia de celebración en la playa, disfrutando de una jornada de sol y mar. Sus miembros comieron y aprovecharon al máximo su estancia en la turística Morro de Gos de Orpesa hasta que el día acabó en tragedia. Una mujer tenía dificultades para salir del agua, la bandera estaba amarilla y el estado del mar se complicó. Su hijo acudió en su rescate y sufrió un fatídico corte de digestión. Murió ahogado.

Este es el relato del último ahogamiento en la provincia, el que se cobró la vida de un turista de 34 años este miércoles.

Y es que, tras la mayor parte de los incidentes trágicos que se producen en las playas, hay un «exceso de confianza» y en los casos más dramáticos «una imprudencia», como relata el coordinador de los servicios de salvamento de la empresa Provita, Roberto Vicent, que gestiona hasta siete playas castellonenses, entre las que están las de Orpesa.

Vicent asegura que mientras los servicios de salvamento y emergencias atendían al ahogado, «los socorristas tuvieron que meterse en el mar hasta en seis ocasiones para sacar a gente en dificultades», a pesar de que la bandera ya era la roja.

Los consejos que se dan, por sentido común, tienen su justificación «porque salvan vidas». No entrar al agua si se está haciendo la digestión, no usar colchonetas o hinchables en jornadas de viento, no nadar solo o evitar las horas punta de sol son algunas de las indicaciones que nadie debería ignorar.