"Burra, hija de puta y gorda" son algunos de los insultos que le dirigía

Un infierno en el hogar en Castellón: piden 17 años por violación y maltrato continuo a su mujer

La agresión sexual marca un antes y un después y decide pedir ayuda a la Guardia Civil a través de un tercero

El círculo familiar cerrado la tenía silenciada y soportando un yugo a diario

Unidad de Violencia de Género en la Ciudad de la Justicia de Castellón.

Unidad de Violencia de Género en la Ciudad de la Justicia de Castellón. / Mediterráneo

Redacción Mediterráneo

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El Fiscal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón, tras la denuncia registrada en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, ha solicitado una pena de 17 años y 10 meses de cárcel; más 20.150 euros por lesiones y daños morales; y alejamiento a menos de 500 metros, para un varón de 29 años por delito de maltrato habitual y otro de agresión sexual con agravante de género a su mujer desde hacía seis años y con la que tiene un hijo menor de edad.

Obligada contra su voluntad

La vista está prevista para el 9 de enero, a las 10.00 horas, en la Ciudad de la Justicia, y en ella tendrá que dar explicaciones el procesado, nacido en Marruecos y sin antecedentes penales, acerca de los hechos presentados en el escrito de acusación. Según se indica, la mujer convivía con su hijo, su marido y familiares cercanos de este que le apoyaban a él. «Se trata de un círculo familiar muy cerrado, en el que ella no formaba parte de la toma de decisiones. Estaba supeditada en todo momento a su marido por su condición de varón y él se imponía constantemente, incluso en aquellas decisiones contrarias a su voluntad, como los viajes a Marruecos que de forma periódica realizaban», se indica.

Teléfono y compañías bajo control

El individuo limitaba el uso del teléfono y controlaba sus salidas y compañías, «siendo frecuente que al no darle ella la razón, este, para vejarla, se dirigía a ella con frases como burra, hija de puta, gorda». En septiembre del 2022 ocurre que él quiere que ella vuelva a Marruecos, a lo que se negaba, se enfureció y «le propinó una bofetada y la cogió del cuello propinándole empujones. Las bofetadas se convirtieron en algo frecuente». Posteriormente, sobre las 23.00 h. del 14 de enero del 2023, «en ese clima de sumisión, el procesado quería mantener relaciones sexuales, ella se negó pero él la consideró de su propiedad, la cogió, ella intentó zafarse pero la inmovilizó y la forzó». El día 15, tras varios incidentes entre ambos y apoyándolo a él su familia, la perjudicada al final pudo pedir la presencia de la Guardia Civil a través de un tercero, dada la barrera idiomática al no hablar castellano. A consecuencia de la agresión, sufrió lesiones físicas incluidas en el parte. 

Silenciada: un círculo familiar «cerrado» que le apoyaba a él

Como consecuencia de vivir en compañía del procesado, como consta en el escrito, la perjudicada presenta «sintomatología ansiosa, con una situación de fuerte aislamiento social y familiar, control económico y familiar, y desconocimiento del idioma español, lo que la coloca en situación de extrema vulnerabilidad social». Por ello, se aconseja «intervención psicológica y social para restablecer su estado emocional y social».

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