«Mi hermana tiene discapacidad y la raptaron y violaron durante dos días»

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón juzgó ayer un caso de presunta agresión sexual continuada a una joven con un déficit intelectual compatible con un retraso mental. 

Los hechos ocurrieron en Burriana, en enero del 2023, cuando supuestamente la víctima se fue con dos hombres de origen pakistaní, que la llevaron hasta una caseta de campo, en una zona de naranjos, y la retuvieron durante casi dos días. Según el relato que hacen tanto la Fiscalía, como la acusación particular, los varones la violaron en diversas ocasiones.

La afectada, que tenía en el momento de los hechos 23 años, presentaba sin embargo una edad mental «inferior a los seis o siete años», sin capacidad para prestar su consentimiento.

Declara el padre

Su padre declaró ayer ante los magistrados en calidad de testigo. Incidió en que su hija estuvo desaparecida «30 o 35 horas». Cuando apareció, recordó que lo hizo «con ropa que no era suya y un aspecto muy desastrado». El progenitor aseveró que su hija es una persona «vulnerable», con una discapacidad que «se ve cuando se interactúa con ella unos segundos».

La hermana mayor de la víctima recordó cómo la afectada le contó lo ocurrido. «Tenía un moratón muy marcado en el muslo. Me dijo que la habían cogido por la calle, la habían llevado a un domicilio y la habían penetrado vaginal y analmente», relató la hermana en su turno de intervención.

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Muy manejable

En relación a los presuntos autores dijo que eran «un hombre de 40 y pico y otro, más joven». «Se turnaron para agredirla e hicieron con ella lo que quisieron. Ella tiene una anomalía y es muy manejable», señaló la testigo.

Varios agentes de la Guardia Civil que intervinieron en los hechos también depusieron en el juicio oral. «Yo recogí la denuncia de la desaparición. Después, también me entrevisté con ella cuando fue localizada. Nos contó que la llevaron a una casa de campo, con perros, que le quitaron la ropa a la fuerza y la violaron», explicó uno de los agentes de la Benemérita.

Otro de los efectivos, miembro de la unidad orgánica de la policía judicial de Burriana, dijo: «no dudé del testimonio de la víctima».

También estaba citada en el juicio una trabajadora de un supermercado que fue testigo de cómo la víctima acudía al comercio, acompañada por uno de los acusados. «Me pareció rarísimo porque ella siempre iba con sus padres y era muy infantil. Ese día estaba como cohibida y coaccionada», aseveró la testigo.

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