Confirman cinco años por abusar de su hijastra cada semana en Onda
El TSJCV y el Supremo rechazan los recursos del padrastro, que tocaba a la menor y se frotaba contra ella cuando la madre se marchaba a trabajar

Imagen del procesado, durante su juicio en la Audiencia Provincial hace ahora tres años. / Mediterráneo
El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de cinco años de prisión impuesta por la Audiencia Provincial de Castellón a un padrastro que abusó de la hija de su novia «tres o cuatro veces por semana» mientras esta tenía 12 años.
La Sección Segunda de la Audiencia le impuso también una orden de alejamiento que le impide acercarse a la víctima durante otros diez años, así como comunicarse con ella. Asimismo, tras su salida de prisión, el varón cumplirá otros diez años de libertad vigilada y deberá indemnizar a la afectada con 10.000 euros por los daños morales sufridos.
Juicio oral
Los magistrados, tras la celebración del juicio oral en el año 2022, declararon probado que el hombre, con ánimo libidinoso, realizó tocamientos a la hija de su pareja desde el año 2018.
El adulto se acercaba a la niña con la excusa de jugar o de hacerle cosquillas y dirigía sus manos hacia los genitales de la pequeña, a la que tocaba por encima y por debajo de la ropa, «llegando a repetirse estos hechos con una frecuencia de tres ó cuatro veces por semana». Estos episodios se producían cuando la madre se encontraba ausente, trabajando.
La víctima explicó en el juicio que los supuestos abusos comenzaron cuando su madre inició un nuevo trabajo en el matadero. Contó, además, que tenía miedo de que el procesado le hiciera algo si ella revelaba lo que estaba sucediendo.
El hombre, por su parte, lo negó todo. «Yo le hacía cosquillas estando su madre delante», admitió el acusado, quien rechazó las acusaciones de tocamientos sexuales.
«Lo dice porque no se lleva bien conmigo. Cuando me sacaba lo que le interesaba sí que había buena relación, pero después ya no», explicó en la vista el varón, quien rehusó contestar a las preguntas de la acusación particular.
No hablaba por miedo
Por su parte, una amiga de la adolescente confirmó que la afectada le confesó los hechos. «Me contó que el novio de su madre la intentaba tocar, pero no quería contarlo por miedo», mantuvo.
La madre de la niña y expareja del acusado aseguró que no sospechó ni presenció nada. «La niña empezó a no comportarse normal y yo estaba preocupada, pero pensé que sufriría bullying», dijo la madre.
Tras conocer la sentencia, la defensa recurrió tanto al TSJCV en primera instancia (desestimó los motivos alegados), como ante el alto tribunal madrileño.
El Supremo condena al recurrente al pago de las costas procesales causadas por el presente recurso, no cabiendo ya recurso alguno a esta resolución.
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