Condenado a 23 años el asesino de una jubilada en el crimen de la cochera del Grau

Después de tres años y nueve meses muy largos, la familia de María Sanz tiene algo de justicia. Nadie les devolverá a su madre, una jubilada que tenía 76 años cuando en enero de 2022 la mataron en su cochera del Grau cuando estaba haciendo la paella de todos los domingos. Pero su asesino recibió ayer una condena a 23 años de cárcel tras el juicio en la Audiencia Provincial en el que un jurado popular lo halló culpable.

Asesinato y robo con violencia

Asesinato y robo con violencia son los dos cargos probados por los que este hombre de 35 años, de nacionalidad española y origen marroquí, pasará más de dos décadas en prisión por el crimen de la cochera. No podrá solicitar el tercer grado penitenciario hasta que cumpla la mitad de la condena. La Fiscalía inició el juicio pidiendo homicidio pero durante el mismo se adhirió a la calificación de asesinato, como la acusación particular.

Además, la sentencia de ayer lo conmina a indemnizar con 160.000 euros a los cinco hijos de la víctima (32.000 euros a cada uno). También deberá devolver los 828 euros en los que quedaron valorados los objetos que este varón sustrajo a María: una Cruz de Caravaca, algunas joyas y el bolso.

Estrangulada

Y es que ese, el robo, fue el motivo principal por el que el asesino se acercó a la cochera de María. Un simple robo que derivó en estrangulamiento mortal cuando la septuagenaria se resistió. La mató, según lo que ratificó el jurado, para evitar que ella lo identificara como el autor del ataque.

La defensa planteó durante el juicio que se trataba de un homicidio, que este varón estaba «drogado» cuando perpetró el crimen y que por tanto solo correspondían nueve años de prisión. El propio asesino reconoció los hechos «a la vista de las pruebas», aunque dijo no recordar nada de aquel día por estar bajo los efectos de las drogas. El magistrado desechó que pudiera haber ninguna eximente por intoxicación por drogas, tras un juicio en el que los forenses afirmaron que, incluso en el caso de que estuviese drogado, «era consciente» del crimen cuando lo cometió.

Esa «prueba» a las que se refirió el asesino fue su ADN, encontrado en una colilla tirada y bajo las uñas de la víctima.

«Voluntad de matar»

El jurado popular ya dictaminó tras las tres vistas orales en septiembre que el entonces acusado «actuó con intención o voluntad de matar» a María. Llegaron a dicha conclusión al analizar la fuerza empleada y la zona del ataque: el cuello, donde el asesino «ocluyó las arterias carótidas al menos 10 ó 15 segundos, lo necesario para causarle» el fatal desenlace, según la forense que declaró.

La condena es dos años menor que lo que pedía la Fiscalía, que reclamaba 25 años. Tampoco coincide con la petición de la acusación particular, que pedió prisión permanente revisable. Por contra, la indemnización sí es superior de los 120.000 y 150.000 euros que reclamaban Fiscalía y acusación respectivamente.

La resolución del caso con la condena da un cierre a «los 1.300 días de angustia» que sufrió la familia mientras seguía el asesino en la calle, a escasos metros de ellos en el Grau, puesto que era un vecino cercano a ellos.

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