La meteorología ha vuelto a jugar una mala pasada a los agricultores de la comarca de la Plana Baixa. La fortísima granizada que este domingo por la tarde tiñó de blanco municipios como Nules, la Vilavella, Artana, Moncofa o la Vall d’Uixó ha provocado pérdidas millonarias en el campo, sobre todo, en los cítricos. Y lo más grave de todo es que la tormenta de piedra ha caído en el peor momento, ya que los daños causados por el granizo en la producción de naranjas de la próxima campaña se han producido antes del 20 de abril y no tienen cobertura en el seguro.

Las organizaciones agrarias ya han hecho números y estiman que el temporal de granizo ha afectado a entre 4.000 y 5.000 hectáreas de cultivo de la comarca de la Plana Baixa (una superficie que equivale a unos 6.000 campos de fútbol). La inmensa mayoría son campos de naranjos, aunque entre las tierras arrasadas por la piedra también hay cultivos de hortalizas y algunos almendros. La Unió de Llauradors estima unas pérdidas de unos 13 millones de euros, mientras que Ava-Asaja Castellón las cuantifica en un mínimo de 25 millones. «Aunque entre las parcelas de naranjos afectadas hay algunas pendientes de recolectar, el grueso de los daños se ha producido en árboles que ya habían florecido por lo que las pérdidas afectarán a la próxima campaña citrícola y, en este sentido, es muy difícil hacer un cálculo exacto dado que no sabemos cuál será la afección real en la floración», apunta Carlos Peris, secretario general de la Unió.

Sean 13 ó 25 millones, la realidad es que el granizo ha devastado centenares de fincas de naranjos y en localidades como Moncofa los campos afectados alcanzan el 70%. «La parte norte de cada uno de los naranjos es la que ha recibido toda la piedra y, además de tirar la flor al suelo, la que no ha tirado también está dañada. Y aunque en el caso de la variedad clemenules podría haber una segunda floración, el resultado final será una naranja con muy poco valor en el mercado», coinciden varios agricultores de Moncofa.

En Nules y la Vilavella, el desastre todavía es más importante. «Las consecuencias van a ser muy graves, seguro, aunque para hacer un cálculo exacto hay que dejar pasar siete u ocho días y ver cómo ha afectado a la madera y a la floración», explica Pepe Montagut, presidente de la asociación de agricultores de Nules, que lamenta que la citricultura se está hundiendo sin que nadie haga nada. «La granizada ya es lo último que nos faltaba. En esta campaña las liquidaciones han sido un desastre y, encima, tenemos el problema de la plaga del cotonet de Sudáfrica a la que el Ministerio de Agricultura no nos deja dar solución. Son demasiadas cosas para un sector que no va a aguantar mucho más», avisa Montagut.

Uno de los campos afectados por la piedra en Nules.

Al sector citrícola de la Plana Baixa le persiguen las malas noticias y, para colmo, los daños ocasionados por la intensa granizada del domingo en la inmensa mayoría de las fincas de naranjos no van a tener  cobertura por parte del seguro. «Este pedrisco no tiene cobertura para la producción de cítricos de la próxima campaña. Según las normas de contratación, para entrar en el seguro la tormenta tendría que haber sido a partir del 20 de abril, en el caso de haber contratado el año pasado», cuenta el responsable de la Unió.

Adrián Lobo, secretario general de Ava-Asaja Castellón, también avisa que el seguro no podrá cubrir buena parte de los daños ocasionados por la granizada y reclama un estudio en profundidad de la normativa del seguro agrario. «No tiene sentido que catástrofes como la ocurrida en la tarde del domingo, y que ha ocasionado daños en muchas parcelas de hasta el 100% de la próxima cosecha, puedan quedar fuera de las coberturas de contratación», insiste.

Estado en el que ha quedado un invernadero de Moncofa Miquel Sánchez

La situación por la que atraviesa la citricultura en el sur de la provincia es mala y las organizaciones agrarias reclaman ayudas urgentes para los llauradors afectados por la granizada. Unas medidas que, a juicio de la Unió y Ava-Asaja, pasan por la concesión de ayudas directas, reparto gratuito de producto fungicida para cicatrizar los daños, la reducción del módulo del IRPF, la condonación del IBI de las parcelas cultivadas y construcciones presentes en ellas, bonificación de las cuotas de la Seguridad Social durante un año o establecimiento de préstamos con interés subvencionado. «El Gobierno, la Generalitat y los ayuntamientos cuyos términos municipales se han visto afectados deben tener sensibilidad y articular los mecanismos necesarios», añade Lobo que pide también la intervención de los consejos agrarios locales.

Ayuntamientos como el de Moncofa han recogido el guante y ya han anunciado que van a solicitar ayudas. «Vamos a reclamar subvenciones al Gobierno porque es importante actuar con rapidez y ayudar a los agricultores», asegura el alcalde, Wences Alos. Informan