En su lección de investidura como doctor honoris causa en la Universitat Jaume I, Xavier Querol, ha hablado sobre la calidad del aire, destacando la mejora de la calidad del aire en Castelló donde se ha pasado de tener problemas graves a cumplir con gran parte de la legislación actual y en algunos parámetros conseguir valores próximos a la guía de la OMS. «Ahora la gran mayoría de la industria cerámica es un ejemplo de buena práctica y el ITC y el profesor Monfort han contribuido de manera decisiva», reflejó, si bien matizó que eso no quiere decir que el problema esté resuelto.

En ese sentido, señaló que existen márgenes de mejora en ámbitos como partículas NOx y algunos compuestos orgánicos volátiles, no tanto por incumplimientos normativos sino por un alta densidad de foco emisores a la zona. 

En este momento, dijo, "tenemos una calidad del aire probablemente peor en zonas de tráfico que en zonas industriales". "Y aquí sí que hay mucho de margen de mejora. La crisis covid ha llevado reducciones importantes de emisiones de contaminantes urbanos e industriales, y de gases de efecto invernadero". En concreto, un -9% de media en España de enero a julio del 2020, como consecuencia del  transporte terrestre y en la aviación. Algo que, a su juicio, demuestra que hay margen de mejora para el O2.

Actuación urgente ante el cambio climático

No obstante, señaló, esta tendencia a la mejora contrasta con lo acontecido en relación con los gases de efecto invernadero, que se incrementan año tras año, hecho que nos dirige a un escenario climático problemático si no actuamos de manera urgente".

Agradecimiento a Morella

Querol tuvo unas palabras de sentido agradecimiento. A sus maestros y profesores de mi pueblo, Morella, por haber proporcionado una excelente educación; al profesorado de la Facultad de Geología de la Universitat de Barcelona por su pasión docente y científica, a sus directores de tesis, Ángel López-Soler i Ramon Salas Roig, y al profesor Servando Chinchón, para formarme como investigador.

También reconoció a las instituciones British Geological Survey (*BGS) por la formación postdoctoral. Al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) por haberme acogido, haberle permitido desarrollar mi carrera así como a las direcciones generales de Calidad Ambiental de la Generalitat de Cataluña y Valenciana, a los ministerios de Medio Ambiente, y de Ciencia e Investigación, así como a la Dirección General de Investigación y en el Programa LIFE, al grupo de  Geoquímica Ambiental e Investigación Atmosférica de la IDAEA-CSIC y a su familia. Y, por supuesto, a la UJI, una institución a la que admira y respeta y con la que colabora asiduamente.