Despido de casi 3.800 trabajadores y el cierre de 530 sucursales. Es el ajuste que, a nivel nacional, ha comunicado el BBV a los sindicatos. En Castellón, la salida afectará a un total de 26 trabajadores, mientras que en Valencia serán 115 y en Alicante 107.

De las 530 sucursales que se cerrarán, 35 de ellas están la Comunitat Valenciana, Baleares y Murcia, en un procedimiento que fundamenta en motivos productivos y organizativos derivados de la transformación digital. Esta primera oferta del plan de ajuste se aplicará concretamente sobre los servicios centrales y la red de sucursales de BBVA S.A., que cuenta con alrededor de 23.300 empleados, quedando fuera el resto de las sociedades de la entidad en España. La afectación final dependerá del empeño y del esfuerzo de la mesa negociadora.

Estas casi 3.800 personas representan el 16,3% de la plantilla de la entidad en España de BBVA S.A. y el 12,9% del personal total en España. Por ramas de afectación, según ha informado la entidad a sus trabajadores, el recorte de personal en la red de oficinas sería de un 20% (unas 3.025 personas); otras 360 personas del centro corporativo; 258 de servicios centrales de BBVA España y 155 más de estructuras intermedias. En cuanto al recorte de personal en la red de sucursales por provincias, Barcelona se llevaría la peor parte con la salida de 836 trabajadores, seguida de Madrid con 357 y Tarragona con 185.

Respecto a la red sucursal, BBVA pretende bajar la persiana en 204 oficinas de Cataluña; en 101 del centro peninsular (Madrid y Castilla-La Mancha); en 76 de Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla; en 59 de Galicia, Asturias y Castilla y León; en 41 de País Vasco, Cantabria, Navarra, La Rioja y Aragón; en 35 de la Comunitat Valenciana, Baleares y Murcia; y en 14 restantes de Canarias.

CCOO, como sindicato mayoritario en la mesa negociadora, considera que las cifras puestas encima de la mesa por la entidad son un planteamiento de salida "insostenible y escandaloso".

BBVA apoya su decisión en el contexto de profunda transformación para el sector, marcada por una enorme presión competitiva, bajos tipos de interés, la adopción acelerada de los canales digitales por parte de los clientes y la entrada de nuevos actores digitales.