Fueron los menos castigados dentro del sector turístico en el primer verano de la era del coronavirus y quieren seguir creciendo en 2021. Las limitaciones de movilidad y el miedo al contagio provocaron que las reservas de hoteles y apartamentos sufrieran la peor temporada que se recuerda en 2020. Los cámpings, que también se vieron afectados por las devastadoras consecuencias de la pandemia, experimentaron una notable mejoría en comparación con el resto del sector turístico; de hecho, llegaron a cubrir los gastos en muchos casos e incluso a presentar elevados porcentajes de ocupación en muchos otros.

En la provincia de Castellón existen 42 cámpings que disponen de 25.000 plazas y para este próximo verano, la previsión es aún más esperanzadora y se espera poder rozar el lleno en muchos de ellos. Según el presidente de la asociación provincial de cámpings, José María López, «la temporada será un 20 o 30% mejor que del 2020, pero aún se quedará a un 25% del 2019».

Acercarse al 2019

Fuentes del cámping Tauro de Benicàssim explican que «el objetivo es que sea una temporada bastante parecida a la del 2019 y aumentar un 50% respecto al año pasado, en el que no pudimos llegar a la mitad de ocupación. La previsión para este 2021 es que haya semanas a finales de julio y principios de agosto en las que se esté alrededor del 90 o 95% de plazas», apunta. 

En el caso del cámping Gran Avenida de Benicàssim, fuentes de la empresa comentan que la situación es muy parecida. Las sensaciones son «positivas» y se espera que la época de verano se salde con buenos números. Algo clave para enderezar el rumbo del sector, después de que en estas fechas del 2020 los cámpings se encontraran cerrados y con previsiones muy malas: «Hace un año estábamos con una enorme incertidumbre, la cuarentena nos paró la actividad y no sabíamos qué iba a pasar. En verano pudimos recuperar algo la normalidad y tuvimos bastantes reservas, pero ahora queremos mejorar esa ocupación y acercarnos a lo que debería ser un verano sin coronavirus», apuntan desde el negocio benicense. 

Respecto a la previsión que realizan para los meses estivales, fuentes de la empresa calculan que están reservadas «el 70% de las plazas de las que disponen» y confían en «atraer al cliente de última hora», que todavía no sabe si va a poder viajar por las restricciones de la pandemia y a qué destinos va a ser posible hacerlo. 

No en vano, una de las claves para que el sector acabe despuntando en las próximas semanas y las reservas se acerquen a los años previos al coronavirus es que el Gobierno central confirme el levantamiento del estado de alarma el próximo 9 de mayo, lo que permitiría a los ciudadanos la libre circulación entre provincias. 

Pendientes de la vacuna

Sería fundamental para los cámpings, que verían concedido su deseo de que el cliente nacional pueda acudir a sus espacios. Y es que hasta el momento las reservas realizadas son según el presidente de la asociación provincial «un 80% de cliente nacionales». Y añade: «En verano, solo un 20% de las reservas son de origen extranjero y en invierno es al revés. Este año hasta septiembre será un 90% de cliente nacional y a partir de octubre confiamos en que comiencen a venir de fuera con el aumento de personas inmunizadas», asevera López.

En cuanto a esta situación, recalcan: «Nuestro cliente mayoritario es nacional y sabemos que cuando levanten las restricciones va a venir. En Semana Santa hemos notado una demanda superior de bungalows y mobil home, porque la gente busca libertad y desconectar del estrés de la ciudad y las medidas restrictivas de la pandemia», apostilla.

Testimonios

Elena Felip: «Desconectas de todo, se te olvida todo el estrés de la pandemia»

Petra Peralta es una de las turistas más fieles del cámping Kivu de Orpesa. Es de Getafe (Madrid) y junto a su familia pasan allí los veranos desde hace alrededor de 30 años. «El verano pasado estuvimos igualmente dos o tres meses a pesar de la pandemia y muy a gusto porque estás al aire libre», señala este madrileño. 

Y este año lo tienen claro, quieren volver y están deseando que retiren la medida del cierre perimetral de la Comunitat Valenciana para poder acudir. «Es un tipo de turismo muy seguro en pandemia, ya que no estás en un sitio cerrado. Aparte, que la mayoría de los que están en las instalaciones se tiran varios meses y no se mueven de ahí, por lo que vamos con más seguridad».

Petra y su familia consideran que los riesgos de contagio son mínimos. «Estás al aire libre en tu parcela y a la hora de compartir las zonas comunes, como los aseos o las duchas, utilizamos minuciosamente el desinfectante. Hasta mi nieto de cuatro años se acostumbró rápido. Y si salimos nos pondremos la mascarilla, tenemos mucho cuidado.», finaliza Petra.

Elena Felip y su familia viajan todos los veranos a un cámping. MEDITERRÁNEO

Alfonso y Pilar, un matrimonio conquense que lleva 14 años veraneando en Moncofa

Alfonso Robles y Pilar Roger son un matrimonio de Cuenca que llevan 44 años pasando sus días de descanso en un cámping. Incluso sus hijos y nietos están siguiendo la senda de sus padres. El propio Alfonso recuerda que al nacer su primer hijo con un año «decidimos probar las vacaciones en un cámping de Málaga y vimos que el pequeño disfrutaba, luego nació nuestra hija y seguimos en la misma línea. Después cambiamos a un cámping de Oropesa, y más tarde al cámping Monmar de la Playa de Moncofa, donde llevamos 14 años repitiendo», apunta.

Y es que durante estos años Alfonso y su familia, han ido mejorando sus infraestructuras y hoy en día cuentan con dos caravanas, para el disfrute de todos. Para este matrimonio, «la vida del cámping es muy familiar y en el caso de Monmar te encuentras en plena naturaleza, eres muy autónomo al mismo tiempo que estás muy cerca de la playa. Además, también haces muchas amistades, yo no lo cambio por nada y mis hijos han copiado de sus padres y hoy en día, no tienen otro objetivo que seguir disfrutando de la vida en el camping», concluyen.

Información por: Miguel Sánchez.

Alfonso y Pilar, un matrimonio que veranea desde hace 14 años en Moncofa. MIGUEL SÁNCHEZ

Petra Peralta: «Al ser al aire libre, es un espacio seguro frente el coronavirus» Alfonso R

Petra Peralta es una de las turistas más fieles del cámping Kivu de Orpesa. Es de Getafe (Madrid) y junto a su familia pasan allí los veranos desde hace alrededor de 30 años. «El verano pasado estuvimos igualmente dos o tres meses a pesar de la pandemia y muy a gusto porque estás al aire libre», señala este madrileño. 

Y este año lo tienen claro, quieren volver y están deseando que retiren la medida del cierre perimetral de la Comunitat Valenciana para poder acudir. «Es un tipo de turismo muy seguro en pandemia, ya que no estás en un sitio cerrado. Aparte, que la mayoría de los que están en las instalaciones se tiran varios meses y no se mueven de ahí, por lo que vamos con más seguridad».

Petra y su familia consideran que los riesgos de contagio son mínimos. «Estás al aire libre en tu parcela y a la hora de compartir las zonas comunes, como los aseos o las duchas, utilizamos minuciosamente el desinfectante. Hasta mi nieto de cuatro años se acostumbró rápido. Y si salimos nos pondremos la mascarilla, tenemos mucho cuidado.», finaliza Petra.

Información por: Eva Bellido.

Petra Peralta, junto a su marido en Oropesa. EVA BELLIDO