Es el sueño de cualquier trabajador. Llegar a los 65 o 66 años con una buena pensión que le permita disfrutar de su jubilación, poder viajar, pasar tiempo con la familia y, sobre todo, desconectar y descansar tras décadas de madrugones y funcionar a golpe de reloj. Pero mientras la mayoría de los trabajadores ya cuentan el tiempo que les queda para retirarse, hay otros que tras cumplir la edad legal del retiro laboral continúan al pie del cañón. Y en Castellón cada vez son más. El 1,2% de los casi 240.000 ocupados que se contabilizan en la provincia tienen más de 65 años, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) y del Ministerio de la Seguridad Social, lo que significa que algo más de 2.700 profesionales siguen acudiendo todos los días a sus puestos de trabajo pese a que podrían estar ya jubilados. Cuatro de esos profesionales cuentan la razones.

José Alemany. Abogado (80 años): "Mi vida es el derecho; la de abogado es una de las profesiones más dignas"

Estudió la carrera de Derecho sin gustarle, pero con los años, a base de ejercer el oficio, se dio cuenta de lo equivocado que estaba. «Soy un enamorado de la profesión y es una de las más dignas que existe», cuenta José Alemany (en Castellón todo el mundo le llama Pepe), que a sus 80 años sigue al frente del despacho Alemany Abogados de la capital.

Tras 19 años en el despacho de Wenley Palacios, en los 80 creó su propio bufete y ahora se siente orgulloso de trabajar codo con codo con su hija Covadonga. Convencido de que el abogado no está para crear pleitos, sino para evitarlos, este reconocido letrado asegura que su vida es el derecho. «En casa no sé hacer absolutamente nada, ni freír un huevo, así que no concibo otra forma de vivir que no sea ejerciendo esta profesión».

Lo de trabajar hasta que el cuerpo aguante, José lo lleva en los genes. Su padre, natural de Moncofa, fue llaurador y trabajó en el campo hasta los 87 años. Ya lo dice el dicho: de casta le viene al galgo. 

Francisco Rallo. Médico (68 años): "Me encanta mi profesión, ayudar a los demás y aporto experiencia"

Francisco Rallo asegura que a él le van a jubilar sus pacientes. Lo dice medio en broma medio en serio, porque a este médico de familia que ha cumplido ya los 68 años le sobran las ganas y fuerzas para seguir ejerciendo su profesión durante muchos años más. Tras cuatro décadas pasando consulta en el centro de salud Rafalafena de Castelló, al cumplir los 65 se jubiló como facultativo de la Seguridad Social, pero sigue ejerciendo la medicina en su consulta particular. «El grueso de mis pacientes son funcionarios de Muface, ISFAS y MUGEJU», describe.

El doctor Rallo dice que si sigue activo (pasa consulta un par de horas al día) es por amor a la profesión. «Me gusta lo que hago, me lo paso bien y me compensa. Es la situación ideal, porque me permite compaginar mi profesión, con la familia y el deporte».

José Quereda. Profesor emérito de la UJI (75 años): "Sigo activo por una profunda vocación que nació hace 50 años"

Es uno de los catedráticos de Geografía más prestigiosos de Europa y, a sus 75 años, sigue ejerciendo como profesor e investigador en la Universitat Jaume I de Castelló, el centro donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. «Todo cuanto me ha impulsado a continuar en mis tareas docentes e investigadoras ha sido una profunda vocación que nació hace más de 50 años», resume José Quereda. «Es muy difícil encontrar otra palabra más que la de esa profunda vocación que se inició por las faldas de la sierra de Aitana, las aulas de la Universitat de València y del Colegio Universitario de Castellón».  Quereda añade que la figura de profesor emérito es «un reconocimiento a una labor dilatada que esos orígenes por la sierra de Aitana vino a continuar por estas tierras vertientes del Penyagolosa». 

Mari Carmen Monfort. Comerciante (74 años): "Llevo detrás del mostrador desde los 13 años y adoro mi trabajo"

Mari Carmen se crió en la tienda que abrieron sus padres en la calle Sant Antoni de Vila-real. Tenía 13 años cuando por primera vez se puso detrás del mostrador de La Faixera, un comercio dedicado a la venta de ropa interior y pijamas y que se llama así en honor a su padre, que era de Vilafranca y vendía fajas por los mercados de toda la provincia de Castellón. Hoy, seis décadas después, Mari Carmen Monfort Colonques sigue haciendo lo mismo de siempre. Y eso que ha cumplido ya 74 años.

«Mi vida es la tienda y aquí paso todo el día, desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la tarde. Mi dedicación es total y estoy feliz», cuenta la propietaria de un establecimiento adscrito a Covaco Castellón-Confecomerç. La Faixera es mucho más que una tienda. «Es un lugar de encuentro con clientes, amigos y vecinos», añade.