El mural Canto a Castellón y sus pueblos que permaneció abandonado en el cocherón provincial durante 21 años no fue colocado en el emplazamiento previsto por «desavenencias políticas», según su creador, Juan Ripollés.

El artista explica a Mediterráneo que la obra finalmente no se instaló en la fachada del edificio que da al patio del Espai Cultural Les Aules por discrepancias que Ripollés atribuye directamente a diferencias entre el ejecutivo del Partido Popular de Carlos Fabra y el socialista Juan María Calles al «ser solo un vecino el que se oponía a poner el mural», aunque la Diputación señaló estos días la existencia de informes técnicos que desaconsejaban la ubicación en este espacio por el peso.

Más allá de los motivos que llevaron a aparcar la obra durante más de dos décadas, el encargado de confeccionarla muestra su «alegría» por saber de su existencia, sin evitar tampoco la extrañeza de que «un mural tan grande se perdiera durante tanto tiempo» pese a haber acudido en diferentes ocasiones a buscarlo tanto al cocherón provincial, donde finalmente apareció, y a otras ubicaciones que se barajaron como pudo ser el Hospital Provincial.

Planos de la obra

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Pese a todo, Ripollés destaca las «buenas» intenciones del área de Cultura de la Diputación para tratar de recuperar las piezas y muestra su disposición a «colaborar en todo lo que me pidan referente a este trabajo», aunque confiesa la dificultad existente por la carencia de los planos entregados junto a la obra, que se deberá encajar «como un puzzle».

Sobre la posible ubicación futura de la creación, si resulta viable, el artista dice no tener «ninguna preferencia siempre que sea la provincia, pues es para lo que se concibió», a falta de conocer el informe de los técnicos.