Una diferencia de veinte kilómetros por hora puede salvar muchas vidas en un entorno urbano. Circular a 30 km/h en lugar de hacerlo a 50 km/h puede parecerle un engorro al conductor, pero en la práctica apenas se gana tiempo al volante cuando te desplazas dentro de la ciudad. En cambio, para los peatones (que representan la inmensa mayoría de los desplazamientos internos en una urbe) este margen puede ser la diferencia entre la vida o la muerte, ya que el riesgo de fallecer por un atropello se reduce un 80%.

El próximo martes entran en vigor los nuevos límites de velocidad en vías urbanas y travesías, un cambio normativo con el que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha querido dar una respuesta conjunta a todos los municipios españoles. Hace seis meses se anunció la medida, por lo que la ciudadanía y los ayuntamientos han tenido tiempo más que suficiente para adaptarse al nuevo reglamento de circulación.

Localidades

En la provincia, esta medida va a afectar a entre el 70 y el 85% de las calles. En Burriana, por ejemplo, habrá cambios en la velocidad permitida en calles como la Ronda Panderola, Pere IV, la avenida 16 de Juliol o la calle Escorredor (Informa I. Calpe). En Vinaròs afecta a la gran mayoría de viales tanto del caso urbano como de las costas turísticas norte y sur (Informa J. Flores) mientras que en Vila-real, el Ayuntamiento ha completado ya la adaptación de la ciudad a los nuevos límites de velocidad. 

La normativa incide mucho en la protección de los más vulnerables (sobre todo peatones, seguidos de motoristas y ciclistas) porque en 2019 (de 2020 aún no se conocen los datos consolidados) los fallecidos en accidente de tráfico en las ciudades aumentaron un 6%, mientras que en las vías interurbanas se redujeron en la misma proporción. Es decir, el entorno urbano es el gran caballo de batalla de los próximos años.

En 2019 murieron en el conjunto nacional un total de 519 personas en accidente de tráfico en una vía urbana. De ellas, 427 fueron vulnerables, lo que representa el 82% del total (247 peatones, 32 ciclistas, 22 iban en un ciclomotor y 126 eran motoristas).

Estudios

Los diferentes estudios realizados demuestran que si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h el riesgo de fallecer es de un 10%; en cambio, cuando la velocidad es de 50 km/h, ese riesgo de un accidente con víctima mortal se eleva alrededor del 90%. Los nuevos límites se pueden resumir en tres grandes bloques: en vías de plataforma única, es decir, sin diferencia de altura entre calzada y acera, el límite pasa a ser de 20 km/h; en vías de un solo carril por sentido, la velocidad pasa a ser de 30 km/h; y en vías de dos o más carriles por sentido, se mantiene el límite de 50 km/h.

El objetivo de estos cambios «es avanzar hacia un nuevo modelo de ciudad, mejorar la convivencia entre los diferentes usuarios de la vía y reducir el número de muertes que se producen en el ámbito urbano», explica la DGT.

Ciudades más sostenibles y amables

El nuevo modelo de ciudad es una aspiración casi a nivel mundial. Se trata de hacer ciudades mucho más sostenibles, más amables y donde el vehículo pase a tener un papel secundario en beneficio de los modos sostenibles. Una pirámide en la que el peatón está en lo más alto, seguido de la bicicleta y el transporte público, relegando a los coches a la última de las prioridades.

Los beneficios de las ciudades 30 km/h (por ejemplo, desde la Concejalía de Movilidad Sostenible de Castelló hace tiempo que está trabajando con la idea de ser una ciudad 30) van mucho más allá de evitar el mayor número de muertes (objetivo indiscutible), ya que lo que se pretende es intentar alcanzar la meta de cero fallecidos. Según los expertos, se necesita la mitad de tiempo para detener el vehículo al pasar de 50km/h a 30km/h. Las experiencias existentes de zonas 30 en ciudades demuestran el efecto positivo sobre la siniestralidad, con reducciones de los accidentes que han llegado a superar el 40 por ciento.