Desde que se dio a conocer el primer caso de covid-19 en la ciudad china de Wuhan en diciembre del 2019 nada volvió a ser lo mismo. Desde entonces se han vivido meses atípicos, en los que el confinamiento más estricto ha convivido con la flexibilización de las medidas. En la actualidad, gracias a la irrupción de la vacuna y a la reducción de casos se permiten más alternativas de ocio tanto para los castellonenses como para los visitantes a nuestra provincia, y es por ello por lo que desde ‘Mediterráneo’ queremos proponer 11 planes al aire libre en el que se combinan algunos de los principales atractivos.

Podemos decir que no están todos los que son, pero estamos convencidos de que sí son todos los que están. Y es que parajes como les Coves de Sant Josep de la Vall d’Uixó, donde se puede navegar por el río subterráneo más largo de Europa, así como un sinfín de museos, se han quedado fuera de este ránking al no estar al aire libre.

Tampoco se han incluido localidades con playas privilegiadas como Moncofa, Orpesa, Alcossebre, Xilxes, Almenara, Vinaròs o Benicarló, pese a que atesoran méritos suficientes como para figurar en la lista. De hecho, este mismo martes se ha dado a conocer que un total de 32 playas de la provincia lucirán banderas azules. Ni siquiera zonas de interior que merecen una visita como Segorbe, Sorita o cualquier municipio de la Sierra de Espadán se han incluido, por falta de espacio principalmente, aunque a buen seguro serán incluidos en posteriores artículos, al igual que la Fuente de Los Baños de Montanejos, que atrae a cientos de turistas, en especial durante la época estival.

Pidiendo por tanto disculpas de antemano nos atrevemos a recomendar estos 15 parajes al aire libre que a buen seguro no dejarán indiferente a quien los visite:

Excursión a Columbretes. Si los paraísos existen uno de ellos bien podría ser Columbretes. Desde Peñíscola, Castellón u Orpesa zarpan a diario golondrinas y catamaranes para disfrutar de este Parque Natural, que representa el mejor ejemplo de vulcanismo de nuestra tierra, fácilmente apreciable tanto por los materiales que las forman, como por su peculiar aspecto. Está formado por una serie de pequeñas islas y arrecifes, situados a 30 millas náuticas de la costa de Castellón, a unos 56 km. Las islas están divididas en cuatro grupos, que reciben el nombre de la isla más grande de cada grupo: Grossa, Ferrera, Foradada y Carallot.

Imagen del Parque Natural de las Islas Columbretes.

El Parc del Trenet de Benicàssim. Por cero euros se puede acceder a un enclave que cuenta con todos los ingredientes para disfrutar en familia. Amplias zonas verdes a escasos metros del mar conviven con columpios y con una estación de tren a escala cuidada al detalle gracias a los miembros de la Asociación Cultural del Ferrocarril de Farja, unos apasionados de los trenes que desinteresadamente donan su tiempo y esfuerzo para el disfrute del personal. Un plan ideal para realizar con los más pequeños de la casa en una de las localidades más turísticas y conocidas de la provincia.

Imagen del Parc del Trenet de Benicàssim.

El Grau de Castelló. Por su gastronomía, por la remozada y cuidada zona del Puerto, por sus playas… el Grau de Castelló merece una visita obligada. Mención especial en cuanto a las actividades recomendadas al aire libre merece el parque del Pinar, que forma parte de la historia del Grau y de Castelló, con 2 kilómetros de longitud. Un lugar ideal para pasar el domingo o para practicar deporte.

Imagen del Grau de Castelló.

Desert de Les Palmes. Enclavado en una serranía litoral de la comarca de la Plana Alta, paralela a la costa, ocupa parte de cinco términos municipales: Benicàssim, Cabanes, La Pobla Tornesa, Borriol y Castelló de la Plana. La superficie protegida ocupa un total de 3.200 hectáreas, y alzanza su cota máxima en el pico del Bartolo, con 729 m. de altura, desde donde se divisan las tierras del interior castellonense, el golfo de Valencia y las Islas Columbretes.

Imagen del Desert de Les Palmes.

Centro de Castelló. Si eres más de ciudad que de montaña, el centro de Castelló te ofrece un sinfín de posibilidades. Uno de los emblemas es sin duda el Fadrí, una torre campanario ubicada en la Plaza Mayor, en pleno centro, junto a la Concatedral de Santa María y el Ayuntamiento. Se caracteriza por estar separada de la Catedral y su nombre le viene por ese mismo motivo, pues ‘fadrí’ significa soltero. También es recomendable el Casino Antiguo, edificio ubicado en la Puerta del Sol, que fue construido en 1923 con Francisco Maristany como arquitecto y transformando un edificio del siglo XVIII. No te puedes perder tampoco el edificio de Correos, que responde al estilo del modernismo valenciano, ni el Ayuntamiento o el Parque Ribalta, un lugar ideal para dar un paseo en un entorno en el que te olvidarás que estás en plena urbe.

Imagen del centro de Castelló.

Casco antiguo de Peñíscola. Peñíscola es la meca del turismo provincial. Su imponente fortaleza, edificada por orden de los templarios entre finales del XIII y principios del XIV, es visita obligada. La localidad cuenta con todos los atractivos que un visitante pueda desear, comenzando por sus costas y acabando por la naturaleza que le rodea. Visita obligada.

Imagen de Peñíscola.

Parc Miner del Maestrat. Situado a tres kilómetros de la Torre d’en Besora y a ocho de Culla, el Parc Miner está compuesto por dos galerías visitables que se corresponden con las antiguas minas Victoria y Esperanza. Entre las dos hay dos kilómetros que se recorren en tren.

Imagen del Parc Miner.

Fanzara. Un municipio convertido en un museo al aire libre. Epicentro del arte urbano y contemporáneo no solo a nivel provincial, sino que sus grafitis y actividades atraen visitantes de todo el panorama nacional e internacional. El Museo Inacabado de Arte Urbano (MIAU) es un proyecto en constante cambio y crecimiento. Visitándolo podrás ver obras grandes y obras pequeñas, las que perduran, los murales y las esculturas.

Imagen de Fanzara.

Museo Natural de Olivos Milenarios. Con sus 966 olivos milenarios, en sólo 19,5 km² de término, La Jana tiene la mayor densidad conocida y por ello se ha adecuado una finca, en la partida “Pou del Mas”, como museo natural de olivos milenarios para visitar los bellos ejemplares de los que se obtiene un aceite, auténtico oro líquido.

Imagen de un olivo milenario.

Morella. Uno de los pueblos más bonitos de España. Y no lo decimos nosotros, pues de forma oficial aparece en el listado junto a poblaciones como Culla, Peñíscola y Vilafamés. La capital de Els Ports aparece en los ojos del visitante envuelta del encanto que le transmiten la posición estratégica, que llena el paisaje, y las murallas centenarias coronadas por el robusto castillo a más de mil metros de altura. Sus dieciséis torres, seis portales y casi dos kilómetros de muralla configuran una silueta única, coronada por el imponente castillo. La ciudad te seducirá por su tradición, monumentos, gastronomía, folklore y su entorno.

Imagen de Morella.

Vilafamés. Pasear por sus calles tranquilamente, nos transporta a sus orígenes árabes con calles estrechas y zigzagueantes, con rincones que hacen que uno se quede maravillado, con su castillo en lo alto y la pequeña iglesia a sus pies. Llama mucho la atención su impresionante Roca Grossa. Una mole de piedra que se encuentra a medida que se sube por la calle principal de Vilafamés.

Imagen de Vilafamés.