«La enfermería no se valora ni está reconocida». Es la conclusión de Arantxa Guerediaga, enfermera de Atención Primaria del Departamento de Salud de Castelló, tras más de un año al frente del cañón durante «jornadas maratonianas y una adaptación constante a la crisis», la cual les ha obligado a ejercer tareas propias de administración y hasta de celadores con el objetivo de garantizar la asistencia.

"Los centros de salud siempre han estado abiertos de forma adaptada a la situación pero había gente que no lo entendía e incluso han habido casos de maltrato y agresiones"

Arantxa Guerediaga - Enfermera de Atención Primaria

Los aplausos durante el confinamiento dieron paso después al silencio y la «incomprensión» por parte de la ciudadanía: «Los centros de salud siempre han estado abiertos, trabajando de mañana y tarde, aunque de forma adaptada a la situación, pero había gente que no lo entendía e incluso han habido casos de maltrato y agresiones», señala Arantxa, que coincidiendo con la conmemoración del día internacional de su profesión reivindica su papel: «Somos mucho más que personas que ponen inyecciones, pues somos hombres y mujeres con una amplia formación, que realizamos desde curas, hasta asistencia sociocomunitaria y muchas veces acompañamiento al paciente».

Versatilidad

Una gran versatilidad que Arantxa ejerce de manera habitual en el centro de salud Illes Columbretes de la capital de la Plana, aunque en las últimas jornadas trata de aportar su experiencia en el centro de vacunación masiva del Auditori

Lo hace junto a Ana Moliner, enfermera del centro de Gran Vía de la capital, quien se volcó en los momentos «más duros» con el abastecimiento de material a sus compañeros: «Fue difícil y me sentía mal porque al inicio era complicado encontrar la protección necesaria, aunque después todo pudo solucionarse y hubo mucha colaboración entre todos los servicios y los compañeros». Al igual que Arantxa, insiste en la necesidad de «dar visibilidad a lo que realmente hacemos, porque creo que mucha gente no lo sabe y somos personas con una gran formación y a las que nos encanta lo que hacemos».

Paco Pons, junto a Luisa Viñals y Marta Rull, en el General. MEDITERRÁNEO

Vocación

La palabra «vocación» se repite en boca de cada uno de los profesionales que relatan su experiencia, pese a todos los sacrificios. Paco Pons asume la atención e información a los pacientes en el General, después de prestar servicios en las áreas de Urgencias y Hospitalización a Domicilio, aunque en los últimos meses «nos hemos recolocado en varias ocasiones haciendo desde PCR hasta analíticas o lo que hiciera falta». Ahora, por ejemplo, lidia también con la incertidumbre de las personas que aguardan una operación quirúrgica: «El problema en muchos casos es la falta de información, la gente acaba entendiendo la situación», apunta Pons, quien cree «sentirse reconocido» por su labor en el ámbito hospitalario.

Un esfuerzo de todos ellos por el que el presidente del Colegio de Enfermeros de Castellón, Paco Pareja, reclama «la contratación de más personal de enfermería en los centros sanitarios y en los hospitales» al haberse visto «superados por las circunstancias», además de poner en marcha especialidades con el fin de mejorar la labor esencial de todos estos profesionales.