El mosquito tigre sigue causando estragos en Castellón, de tal manera que ya está presente en 84 de los 135 municipios de la provincia (62,2%), tanto de la zona costera como del interior. La expansión de este molesto insecto continúa imparable e irrumpe en nueve localidades más respecto a las 75 de hace un año, según los últimos datos de la Conselleria de Sanitat, a raíz de los controles periódicos que realiza el Laboratorio de Entomología y Control de Plagas de la Universitat de València. 

En dicho estudio, también se constata que el mosquito tigre ha colonizado hasta un 76% más de municipios que hace cuatro años, lo que justifica que los ayuntamientos refuercen tratamientos en acequias y calles para paliar una plaga que se hace casi insufrible en los meses de verano. 

Pero no solo está el tigre en la provincia, el mosquito común (culex pippiens) incrementa entre mayo y noviembre, coincidiendo con el aumento de las temperaturas. Además, las lluvias que se han registrado el pasado mes de abril en la provincia --uno de los más lluviosos de los últimos años-- han provocado que la proliferación siga cogiendo ritmo y se dispare hasta niveles nunca vistos. 

Cabe recordar que las larvas se detectan en jarras, cubos, platos de debajo de las macetas, desagües de los patios, sumideros, sistemas de drenaje de tejados o charcos de agua, por lo que los expertos en tratamientos inciden en la problemática detectada este año en segundas residencias de zonas del litoral, donde durante el cierre perimetral por la situación de la pandemia se detectaron viviendas con acumulaciones de agua por las lluvias, que se convirtieron en focos de insectos.

Quejas en la plana baixa

Tal y como ha ido contando Mediterráneo, numerosos vecinos de las zonas húmedas y costeras de municipios de la provincia de Castellón, sobre todo de la Plana Baixa, han denunciado la lentitud en los tratamientos aéreos realizados por parte de los técnicos de la Diputación y ayuntamientos, para frenar el ciclo vital de los mosquitos y reclamaron que desde hace ya varias semanas sufren «una plaga insoportable de insectos». 

Entre otras quejas, apuntan a que «no habían visto nunca a estas alturas tantos mosquitos y que se hace imposible llevar a cabo actividades cotidianas como salir a por el pan o pasear por la playa». Asimismo, manifiestan que han decidido no salir a comer o cenar a la terraza de sus viviendas, porque «las picaduras son constantes y acaba siendo desesperante ver cómo eres devorado por los mosquitos», señalan los vecinos.