Una pérdida de competitividad respecto al resto de países contrincantes, una sangría de puestos de trabajo y la deslocalización de parte de la producción. Son los efectos que augura el clúster azulejero de Castellón si no hay cambios en el proyecto de Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico que propone el Ministerio para la Transición Ecológica.

La asociación empresarial que agrupa a los fabricantes cerámicos, Ascer, junto con la de fritas, esmaltes y colores cerámicos, Anffecc, han mostrado su apoyo a la rebelión de una buena parte del sector industrial del país, agrupada alrededor de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española. Un colectivo que incluye a las entidades Anfac (automoción), AOP (refino), Aspapel (papel), Feique (química y farmacia), FIAB (alimentación y bebidas), Oficemen (cemento) y Unesid (siderurgia). En su manifiesto afirman que el fondo puede «agravar la situación de la industria española y poner en riesgo su futuro».

Pago por las renovables

El punto más controvertido de la medida del ministerio que lidera Teresa Ribera tiene que ver con la financiación para completar la implantación de las energías renovables en España. Esto, en concreto, supone un coste de 7.000 millones de euros anuales, de los que 4.000 deben ser asumidos por las empresas comercializadoras de energía. Entre ellas se incluye el gas natural. Por ello, advierten de que este sobrecoste repercutirá en el consumidor final, «tanto particular como industrial».

Ascer ya hizo números en el mes de enero y teme que la factura en este concepto para el sector cerámico ascendería a 213,5 millones de euros para el quinquenio 2021-2025, «cifra que supone prácticamente todo el beneficio anual del sector», detallaron.

«Momento crítico»

Esta cantidad «puede afectar directamente a la competitividad de la actividad industrial en un momento crítico enfocado en la recuperación y en la atracción de inversión y nuevos proyectos», indicaron. Especialmente importantes para la industria cerámica son los planes de descarbonización en los que el sector está inmerso, que resultarán inviables si no se cuenta con la financiación adecuada.

Consideran que es un lastre energético añadido, que para el clúster azulejero «no es asumible e implica una importante pérdida de competitividad a nivel internacional, pudiendo repercutir en el empleo y aumentando el riesgo de deslocalización». Desde las patronales proponen que estos costes sean asumidos por los Presupuestos del Estado, o bien que haya excepciones para aquellos sectores, como el cerámico, que en estos momentos no tienen alternativa viable al uso del gas natural para seguir con su actividad.

El gas natural ya es un 25% más caro que en el resto de Europa

Haya o no luz verde al fondo eléctrico tal y como ahora está redactado, el clúster azulejero ya tiene que soportar «unos precios del gas entre un 20 y un 25% más altos que sus competidores europeos, por lo que un nuevo incremento no es asumible para un sector que compite en el mercado global», señalaron.