Un estudio realizado por investigadores del departamento de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Alicante ha constatado los buenos resultados obtenidos por los estudiantes de la propia UA y de la de València (UV) y la Jaume I de Castelló (UJI) durante el primer semestre de pandemia.

En concreto, los investigadores han descubierto que el primer semestre covid tuvo un "fuerte" efecto positivo tanto en las notas como en el porcentaje de aprobados en las tres universidades. En el caso de los alumnos de la Universitat Jaume I, las notas medias aumentaron en 0,9 en la UJI. El porcentaje de aprobados se incrementó en 13 puntos porcentuales en la UJI y el histórico de aprobados, un 19%.

Aun así el porcentaje de incremento ha sido inferior que en las otras dos universidades. Así, las notas medias aumentaron en un punto sobre diez en la Universidad de Alicante y en 1,3 en la UV. El porcentaje de aprobados se incrementó en 15 y 18 puntos porcentuales en la UA y la UV, respectivamente, y el histórico de aprobados un 22 y un 23%.

Aumento generalizado de las notas

Según los investigadores, se produjo un aumento generalizado e "inusual" en las notas y en el porcentaje de aprobados en torno a un 20%, aunque fue desigual, dependiendo de las características de los estudiantes; en particular, según el sexo, la titulación cursada y la nota de acceso a la universidad, recoge la institución académica en un comunicado.

Una de las conclusiones es que en los centros con titulaciones más masculinizadas, como Ciencias y la Escuela Politécnica Superior, el incremento en las notas es significativamente mayor para las mujeres que para los hombres. Los resultados indican que los alumnos con peor rendimiento resultaron más beneficiados en el aumento de notas.

En general, el enfoque metodológico empleado en este estudio garantiza que este aumento se pueda atribuir a los cambios relacionados con el confinamiento y no a otros factores.

Bajo el título 'Efecto de las adaptaciones curriculares y los cambios en la evaluación en los resultados académicos de los estudiantes y colectivos de estudiantes más afectados por los cambios', el equipo está formado por Iñigo Iturbe-Ormaeche, director del Departamento de Fundamentos del Análisis Económico de la UA, junto a los profesores y también miembros de FAE Pedro Albarrán y Mª Dolores Collado y el estudiante de cuarto de Economía Luis Pérez.

En principio, la investigación tenía a las cinco universidades públicas valencianas como objeto de estudio, pero finalmente solo se pudo llevar a cabo con la UV, la UJI y la UA por ser las únicas que han facilitado los datos suficientes para obtener resultados válidos.

La motivación para iniciar el trabajo es que los autores son profesores y fueron testigos de las dificultades que surgieron en el segundo semestre del curso 2019-2020. Como son investigadores de Economía y trabajan habitualmente con grandes bases de datos, pensaron que sería interesante analizar el impacto de los cambios en la docencia y la evaluación sobre los resultados académicos, con el objetivo de cuantificar si lo estudiantes se vieron afectados de forma similar o si los efectos fueron heterogéneos.

NOTAS

A partir de ahí, los investigadores pudieron comprobar que el semestre COVID tuvo un "fuerte" efecto positivo tanto en las notas como en el porcentaje de aprobados en las tres universidades.

Para los autores, el aumento generalizado de notas se debió al cambio en la forma de evaluación más que el hecho de que la docencia pasase a ser en línea. Por sexos, ellas aumentan su nota en 1,06 puntos mientras que ellos lo hacen en 0,86 puntos.

En concreto, el viernes 13 de marzo de 2020 fue el último día de clases presenciales del curso 2019-2020 en las universidades valencianas. Ya habían transcurrido siete de las quince semanas del segundo semestre, por lo que se había completado la mitad del semestre.

En el caso de la UA, ese mismo día se decidió que toda la docencia pasaba a realizarse de forma no presencial a partir del lunes 16 de marzo. Ante esta nueva situación, que se prolongó hasta final de curso, los profesores se encontraron con varios problemas.

El principal es que muchos no contaban con la infraestructura necesaria en sus domicilios para impartir las clases 'online', a lo que hay que sumar los derivados de la conciliación familiar, la falta de adaptaciones pedagógicas a las nuevas circunstancias y la poca asistencia a este nuevo tipo de clase.

Es más, como no se permitían exámenes presenciales, cada profesor tuvo que diseñar una forma alternativa de evaluación. "Por supuesto, en esta situación es muy difícil garantizar la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes y evitar los comportamientos fraudulentos", constatan los investigadores.

Docencia on line

Por su parte, el 30,7% de los universitarios encuestados aseguró no haber tenido ningún problema en seguir las clases en línea, un resultado que contrasta con el dato de los profesores: solo el 5,9% declaraba no haber tenido ninguna dificultad.

Estrés y más trabajo

Entre los problemas más mencionadas por los alumnos figuran el estrés o angustia por la situación (36.4%); una mayor carga de trabajo (26.3%); dificultades de conexión a internet (25.2%); la falta de preparación en docencia en línea (24,5%); la falta de motivación o interés por parte del profesorado (21,8%); la falta de un espacio adecuado para trabajar en casa (16,1%); la falta de motivación o interés por su parte (11,7%); las dificultades de convivencia en casa (11%).

Recursos digitales

Uno de los datos más significativos es que solo el 4,8% de los estudiantes mencionó haber tenido problemas por no disponer de dispositivos tecnológicos adecuados.

Otra de las conclusiones es que la situación vivida por la pandemia ha supuesto "la aceleración y consolidación del proceso de transformación digital que se venía produciendo tanto en la Universidad como en otras actividades económicas y sociales".