La Conselleria de Educación ha lanzado tres nuevas guías con recursos para que sirvan de punto de partida para trabajar en la educación afectivo sexual en Infantil, Primaria y FP.

En la introducción a la guía, dirigida a maestros y educadores de Infantil, la directora general de Inclusión Educativa, Raquel Andrés, apela a que "la sexualidad es una dimensión humana que nos acompaña, desde la gestación o incluso antes, con las proyecciones que hacemos las madres y los padres respecto del que esperamos de nuestros hijos y las nuestro hijas. El sistema educativo tiene que  responder a esta realidad, no puede negarla ni mirar hacia otro lado. Esta guía, desarrollada íntegramente por maestras y educadoras de Educación Infantil, quiere aportar algunos planteamientos y actividades sencillas para  las profesionales de la etapa".

Así, señala la guía, "tenemos que trabajar aspectos como el placer y desplacer. El placer como concepto del que sientes cuando tus

sensaciones se disparan y tenso un sentimiento positivo, agradable…, el cual se puede experimentar de muchas maneras:

cuando alguien nos acaricia, nos hace un masaje, nos abraza o nos besa, pero siempre desde un acercamiento consentido y respetado.

También podemos encontrar placer haciendo algo que nos gusto, como pintar, bailar, jugar en algo que

nos guste mucho…, o simplemente cubriendo ciertas necesidades, como un cambio de pañal, limpiarte cuando te has

ensuciado, descansar cuando te cansas… Y tan importante es el placer como el desplacer, saber qué nos hace sentir mal

y buscar solución, que nos ayuden a encontrar la tranquilidad, la estabilidad emocional. Es importante acoger todas las

emociones, tanto las positivas como las negativas, puesto que todas contribuirán en nuestro desarrollo integral.

Y para favorecer este desarrollo integral es necesario y primordial no caer en el error de asumir que niños

y niñas se identificarán en el futuro como heterosexuales o presuponer una orientación concreta de las personas

adultas que los acompañan tanto dentro de cómo fuera. Así estaremos atendiendo realmente la inclusión, en toda la extensión de la

palabra, la cual engloba indiscutiblemente la orientación sexual. Generalmente, la sociedad actual tiende a buscar la “normalización” y la segregación de individuos en dos únicos grupos: macho-hembra, y se centra únicamente en una parte de nuestro ser, nuestro sexo biológico.

Pero esto implica caer en un error continuo, puesto que nuestros genitales no dictan quién somos y como nos sentimos. Por eso,

tenemos que ser conscientes que cada persona tenemos el derecho a la libertad de elección, en función del que se despierta en nuestro

 interior. Así, es fundamental respetar la intersexualidad, aceptarla y acompañarla hacia una inclusión.

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