El periodo del confinamiento acentúa, aún a día de hoy, situaciones de estrés, ansiedad o depresión que derivan en una atención psicológica imprescindible de los profesionales. Durante el 2020, el Teléfono de la Esperanza de Castelló atendió 2.600 llamadas, tal como explican desde su presidencia «esto supuso un incremento del 100 % respecto al 2019». Los 365 días del año, este teléfono de urgencia tiene como labor prestar ayuda psicológica a las personas que padecen inestabilidad emocional.

En estos 20 años, que ahora celebran, trabajan por satisfacer la salud mental, promoviendo su mensaje entorno «al eje principal del recurso humano de los voluntarios como fundamento de nuestra labor», expresa Eneyda Paz, la presidenta del Teléfono de la Esperanza en Castelló.

La ansiedad por la pérdida de un familiar por covid es uno de los casos usuales de atención psicológica. MEDITERRÁNEO

«El confinamiento supuso un incremento del 100 % respecto al 2019»

Eneyda Paz - Presidenta del Teléfono de la Esperanza

Rasgos psicológicos

El perfil castellonense refleja preocupación ante su futuro, pues la constante incertidumbre genera dudas en sus proyectos, tumbando sus perspectivas creadas a largo plazo. Algunos casos de inquietudes emocionales que se potenciaron en el confinamiento son: «La pérdida de un familiar por covid-19, ansiedad por tener a un familiar ingresado o el miedo al contagio», especifica la presidenta. Otros escenarios que los voluntarios atendieron fueron «las crisis de parejas o la ansiedad de la posible pérdida del empleo ante la situación de ERTE». El ‘caos’ psicológico vivido no tuvo límite y ante este panorama tan adverso, el equipo de voluntarios diseñó «una estrategia efectiva para satisfacer las demandas», explican. 

Voluntarios implicados

Aún existe mucha incredulidad ante estos temas, ya que «a la luz de la sociedad la salud mental goza de poca veracidad porque no se ve a simple vista», resalta Eneyda Paz. En estos tiempos actuales tan complejos supone un desafío para los solidarios que están dispuestos a ayudar. María Jesús García, vicepresidenta del Teléfono de la Esperanza y voluntaria, relata que el primer trato con el profesional es vital, ya que consiste en «captar todos los sentimientos de impotencia actual del atendido». 

La salud mental aún radica como un tabú en la sociedad y esto supone un desafío para los voluntarios . MEDITERRÁNEO

«A la luz de la sociedad la salud mental goza de poca veracidad porque no se ve a simple vista»

Entre las fases a seguir, el voluntario crea «una reestructuración de la crisis», por ejemplo, en la mayoría de los casos por una reciente separación se plantean al afectado «nuevos pensamientos para descartar las posibles ideas espontáneas o suicidas». La implicación de voluntarios bien formados en el Teléfono de la Esperanza de Castelló es crucial para una atención psicológica íntegra y profesional