El número de personas atendidas por Caritas diocesana en 2020 creció en un 16% respecto al 2019. Un dato que se extrae de la memoria de la entidad, que fue presentada este miércoles por el obispo, Casimiro López, el director de Caritas, Juan Manuel Aragonés, y el delegado de Caritas, Sergio Mendoza.

Las cifras

 Un total de 1.035 voluntarios, 26.432 beneficiarios (+3,5%), 16.815 participantes (+16%), 216.853 intervenciones y 5,16 millones de euros fueron las principales cifras del balance de actividad. El 53,08% de los beneficiarios eran hombres y el 46,92% mujeres. El 60,05% inmigrante y el 39,95% españoles. 

Vulnerables e interconectados

La pandemia ha puesto de relieve lo vulnerables e interconectados que estamos. Ha agudizado la pobreza y vulnerabilidad de los colectivos sociales ya marginados, pero también ha afectado a muchas personas que estaban en situación integrada y a quienes el tener que venir a pedir ayuda les ha supuesto una experiencia muy frustrante. La pérdida de empleo y recursos, la brecha digital, la situación de los mayores, el reto de no quedarse atrás en el rendimiento escolar son algunos de los datos negativos expuestos, junto a la soledad. A ello se suma la fatiga pandémica, que hace mella en la salud física y psicoemocional.

Aumenta el voluntariado

Como dato positivo, la sociedad de Castellón se ha volcado. El director de Caritas, Juan Manuel Aragonés, destacó que ha aumentado el voluntariado (+10% con 97 incorporaciones). Se aprecia un rejuvenecimiento debido a que los más mayores tuvieron que pasar a segunda línea por su salud. Ha habido un incremento de los donantes del 85% (436). En estos momentos, el número de socios asciende a 1083.

La labor

Se ayudó con vales de emergencia, en la búsqueda de empleo, se prestó apoyo educativo y emocional, se impulsó el programa de atención telefónica Hablamos... El albergue se blindó y se instaló uno provisional en el polideportivo Castalia, que cobijó a 112 personas. Como no se podía abrir el comedor, se sirvieron comidas preparadas: Llegaron a servir 250 en un día gracias a 2 empresas, Voramar e Intur, que traían menús preparados... 

Manuel Aragonés advirtió que «2020 ha sido un año muy duro, pero esto aún no ha pasado». Así, persisten las dificultades de acceso a un empleo, un incremento de la precariedad laboral, aumenta el número de hogares sin ingresos, aunque se advierta una ligera recuperación. Destacó «la insuficiencia del sistema de ingresos mínimos, que ha dejado fuera a mucha gente y brinda poca protección a las familias que más lo necesitan». Por su parte, el obispo, Casimiro López, señaló que estaba satisfecho por la respuesta de la comunidad diocesana ante unas necesidades que han aumentado exponencialmente y a la que quiso dar gracias.  

El problema de la vivienda

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En el acto, se hizo una advertencia sobre uno de los grandes problemas que tiene la diócesis a día de hoy. El acceso al alquiler de vivienda a bajo precio y el alto coste que tiene simplemente arrendar una habitación en la ciudad de Castelló. Estamos encontrando precios de 250 € por habitación, un dato que llama la atención. Por ello, se hizo un llamamiento a la comunidad cristiana para preocuparse de los más necesitados poniendo los recursos que tienen para el bien de la gente necesitada.

No en vano, el primer destino del Fondo Covid ha sido la vivienda, con el 44,72% del montante, por delante de la alimentación (31,96%), los suministros (14,88%), la salud (3,77%)y tramitaciones (4,69%). Este fondo fue creado el 16 de abril del 2020 por un decreto del obispo, Casimiro López, para prestar ayuda a las Caritas Parroquiales, arciprestales o interparroquiales cuando no pueden cubrir con fondos propios las peticiones de personas o familias necesitadas (comida, suministros, vivienda, comedores, fármacos).