La economía de las familias y empresas de Castellón está amenazada por dos grandes nubarrones. Al subidón de la electricidad y a la entrada en vigor de las nuevas tarifas horarias, se une ahora otra mala noticia. Los precios del petróleo están en máximos desde abril del 2019 y esa imparable escalada ya se nota en los surtidores. Y no poco. Llenar un depósito de 50 litros de gasolina cuesta de media 14 euros más que hace un año y en el caso del diésel el incremento roza los 11 euros. Toca rascarse el bolsillo y lo peor, avisan los expertos, es que el alza no ha hecho más que empezar y viajar este verano será todo menos barato. 

Los datos del Ministerio de Transición Ecológica son incontestables. A finales de mayo del 2020, el litro de gasolina 95 costaba en las estaciones de servicio de Castellón una media de 1,072 euros, un 26,2% menos que ayer, cuando su preció alcanzó los 1,353 €. Con el gasóleo A ocurre lo mismo y de los 0,994 € que valía hace un año ha pasado a 1,213. O dicho de una manera mucho más clara: ir una gasolinera y llenar el tanque de sin plomo 95 sale ahora por 67,65 euros, frente a los 53,6 de hace 12 meses. Si el automóvil es de gasoil, repostar cuesta 60,65 euros, 10,95 euros más. 

Pese a que el repunte de los precios ha sido gradual (solo en lo que va de 2021 el incremento del combustible se acerca al 15%), es ahora cuando más se nota. «Debido a las restricciones de movilidad y al parón económico provocado por la pandemia, el precio del combustible se desplomó hace poco más de un año. Con la mejora en la situación y sin medidas tan restrictivas, la tendencia se ha invertido», explica Juan José Sánchez, presidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Castellón (Apes), quien recuerda que todos los productos básicos, sin excepción, han experimentado fuertes incrementos. 

La gasolina y el gasóleo vuelven a estar por las nubes y parece que esto es solo el principio. Los expertos aseguran que mientras la demanda siga creciendo, los precios irán en la misma dirección. «El consumidor debe tener claro que más del 50% del precio que paga por el combustible son impuestos», apunta Sánchez, quien recuerda que la recientemente aprobada ley de cambio climático y transición energética prevé un encarecimiento del diésel.

A las 170 estaciones de servicio de Castellón el alza de los precios del combustible les ha pillado en un momento de recuperación, tras un año oscuro y con el consumo bajo mínimos. «Seguimos lejos de la facturación habitual previa a la pandemia, pero sí vamos viendo luz al final del túnel», añade el presidente de Apes.