El fin de semana pasado, el hallazgo de un calamar gigante en la playa del Pinar del Grau llegó incluso a ser tema de actualidad a nivel nacional. Solo una semana antes, en ese mismo arenal, apareció un delfín muerto. Dos descubrimientos muy llamativos pero que no han sido los únicos de estas características que se han registrado en el litoral de Castellón. De hecho, este mismo jueves apareció de nuevo un delfín en la playa Heliópolis de Benicàssim.
Ni siquiera el calamar, de más de 150 kilos de peso, ha sido el animal más grande hallado. En julio del 2018, mientras los bañistas disfrutaban de la playa de la Almadraba de Benicàssim, apareció arrastrado hasta casi la orilla una ballena de unos tres metros de longitud en avanzado estado de descomposición.
Por motivos sanitarios, y por el fuerte olor que desprendía el animal, la playa tuvo que ser cerrada hasta que se retirara el cadáver. Un tractor municipal fue el encargado de la tarea. El agua se dejó regenerar durante la noche y a la mañana siguiente ya estaba permitido el baño.
Imprudencia
Menos tiempo hace desde que apareció un atún de gran tamaño en la playa de la Concha de Orpesa, concretamente el pasado mes de febrero. El animal pesaba unos 200 kilos y hubo quien pensó que por qué no aprovecharlo. Así, algunas personas aparecieron portando un cuchillo para despiezar el pescado y llevarse algún filete a su casa.
Algo que está totalmente prohibido por el riesgo para la salud que supone, ya que el pescado tiene que pasar por una revisión sanitaria y, además, no sabían desde cuándo estaba muerto.
Temporal 'Gloria'
Un hallazgo que se enmarcaba dentro de la plaga de animales que asoló la costa de Castellón a consecuencia del temporal Gloria. Los vecinos de Castelló, Benicarló, Alcossebre, Almassora, Benicàssim o Vinaròs encontraron en sus playas cadáveres de delfines o de atunes.
Según los expertos, este fenómeno se explicaba a partir de la violencia del temporal, pero también por la presencia de una piscifactoría en l'Ametlla de Mar (Tarragona), de donde procederían los atunes.
Claro que hay también otros fenómenos menos explicables, como la aparición, en abril del 2018 y en el plazo de unos pocos días, de varios delfines muertos o varados frente a la costa, en Cabanes, Benicarló y Xilxes.
Agua caliente
La hipótesis que manejaron entonces los pescadores es que la temperatura del agua estaba más caliente de lo normal en esas fechas. Esto hacía que el pescado pequeño, del que se alimentan los delfines, se acercaran más a la costa. El delfín, en su busca, se quedaba varado en la orilla. Alguno pudo ser rescatado, pero otros murieron.
