Hay una dicho popular, atribuido al incrédulo apóstol santo Tomás, que reza que hay que ver para creer. Y eso, precisamente, es lo que le piden los agricultores de Castellón a Luis Planas, el ministro de Agricultura. Si no se cree las pérdidas millonarias que el cotonet está provocando en la citricultura de la Plana Baixa, que deje por unas horas su despacho en Madrid y visite los huertos de Burriana, Vila-real o Nules, hable con los llauradors y compruebe con sus propios ojos cómo la plaga importada de Sudáfrica está hundiendo más un sector que hace años que no gana para disgustos.

«La sensación que tenemos es que al ministro ya le aburren las peticiones que le hacemos llegar desde el sector citrícola», explica Carles Peris, secretario general de la Unió de Llauradors, que recuerda que en las últimas intervenciones o respuestas parlamentarias relacionadas con la sanidad vegetal o la reciprocidad en materia de empleo de pesticidas han detectado «cierta desgana» por parte del titular de Agricultura. «Está adoptando una postura pasiva ante los graves problemas de los citricultores de Castellón y ya no sabemos si es que no hace nada o que se vende mal», argumenta Peris. Por eso, la Unió invita a Planes a «visitar un día la comarca de la Plana Baixa, comprobar in situ en los campos cómo está afectando el cotonet y a hablar con aquellas personas que convivimos y sufrimos día a día con esta plaga», explica. 

El ministro hace oídos sordos a las reivindicaciones del sector citrícola de Castellón y mientras el cotonet sigue sin dar tregua y ya supone un problema, y de los graves. Y como muestra un par de ejemplos: la Conselleria de Agricultura ha reconocido esta misma semana que, durante la campaña 2020-2021, la plaga afectó a nueve de cada diez parcelas citrícolas de la Plana Baixa y en el 17% de ellas, los daños causados fueron incluso superiores al 50%. La Unió de Llauradors, por su parte, ha realizado un estudio en el que concluye que luchar contra el Delottococcus aberiae supone que el coste de producir un kilo de naranjas o mandarinas se incremente en 0,14 euros, una cantidad inasumible para los agricultores. 

Un problema de Estado

Hasta ahora, y para frente a la plaga, el Ministerio de Agricultura ha respondido con una inyección de 11,8 millones de euros, de los que 6,1 se han destinado a la Comunitat. «Es destacable la asignación importante de fondos, pero es insuficiente para hacer frente a los daños que provoca esta plaga importada y no controlada», insiste Peris que añade que si la falla el sector alimentario «se derrumba la economía» de la Comunitat.

Los agricultores de Castellón piden al ministro que de un paso al frente y que explique si desde el Gobierno se ha solicitado formalmente a la Comisión Europea la aplicación de un tratamiento en frío para las importaciones de fruta con objeto de poner freno a la entrada de plagas y evitar los costes que suponen par la Administraciones y los productores. «Los números no engañan y por cada millón que se invierte en prevenir plagas citrícolas se evitan 100 millones en daños», describe el secretario general de la Unió.Más recursos económicos, más control a la importación, más investigación... las recetas parecen claras pero la solución definitiva no llega. Y, mientras, el cotonet se expande por los huertos de la Plana Baixa y amenaza la producción de la próxima campaña.