Las zonas montañosas de Castellón ya están en alerta ante los incendios forestales, como cada año cuando las temperaturas suben para permanecer en niveles altos durante unos cuantos meses. Para ello se activan diferentes operativos de prevención, aunque expertos y alcaldes de municipios con elevada masa forestal en sus términos coinciden en señalar la necesidad de reforzar la prevención y tomar medidas que palíen el progresivo abandono de los campos, que unido al aumento de la vegetación por las lluvias y el elevado número de senderistas ponen en riesgo extremo los montes. 

Los alcaldes consultados por Mediterráneo coinciden en el diagnóstico. Hay cada vez más montes desatendidos, debido a la despoblación y la falta de oportunidades para generar actividad económica a su alrededor. El alcalde de Vistabella, Jordi Alcón, mencionó que es «necesario disponer de más gente para cuidar del monte, y de la misma forma que se invierte de forma continua en mejorar las playas, nosotros requerimos de recursos adecuados».

Desde Alfondeguilla, Salvador Ventura recordó que en el pasado «la gente del municipio cuidaba de los árboles de sus propiedades, y en nuestro pueblo es importante al estar en un barranco, lo que dificultaría las labores de extinción en caso de fuego». Al menos señala que este año han conseguido materializar un cortafuegos. «Se han ejecutado 200 de los 700 metros que comprende, pero es solo un comienzo, que debe seguir con la mejora de caminos».

Planes

El primer edil de Montanejos, Miguel Sandalinas, destacó «la labor de las brigadas que limpian pistas y accesos para poder llegar rápidamente en caso de fuego», a lo que se une «la reciente aprobación de un plan de control de incendios que establece la creación de cortafuegos». Aún así, en los años de primaveras lluviosas, como los dos últimos, «hay mucho riesgo, con todos los terrenos abandonados en los que primero hay hierba que en pleno verano se convierte en materia seca, algo que resulta bastante peligroso».

Estos problemas suelen asociarse a localidades con escasos habitantes y alejados de la costa, pero se da el caso de Alcalà de Xivert, con un término municipal de grandes dimensiones y que comparte, junto a Peñíscola y Santa Magdalena, el parque natural de Irta. «Nosotros siempre reclamamos más actuaciones por parte de los responsables del paraje para evitar incendios», comentó su alcalde, Francisco Juan. Además, recordó que en esta localidad cuentan desde hace años con un plan local de prevención.

El munícipe de Sant Joan de Moró, Vicente Pallarés, considera que hace «falta más vigilancia y más inversiones para aplicar medidas de prevención, porque los montes están más sucios y desatendidos en los últimos años». 

Desde el Gobierno central, el Ministerio de Transición Ecológica presentó ayer la campaña contra los incendios forestales y se puso de manifiesto que las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anticipan un verano especialmente seco, con temperaturas más elevadas para la media en esta época. 

Castellón, un entorno complicado

El decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, el valenciano Eduardo Rojas, detalla que las características de Castellón requieren de una vigilancia extra. «En esta provincia, como ocurre en puntos de Aragón, se producen muchos incendios generados por tormentas secas, y declararse en zonas muy inaccesibles». De ahí la necesidad de contar con labores de desbroce en monte bajo y una red que permita el rápido acceso por el entorno forestal. Respecto a la labor de los efectivos de extinción, «estamos en una zona con muchos medios, pero no hay tantos recursos a la prevención». Para Rojas, «es como si la sanidad solo invirtiera en las secciones de urgencias».