Carmen Ramos, de 24 años, se graduó en Medicina por la UJI hace ahora un año. Ya en 6º de carrera estuvo compaginando las prácticas con los preparativos del MIR. «Iba al hospital de 8.00 a 15.00 y de 16.00 a 20.00 horas me ponía con el MIR y el trabajo de fin de grado», indica. Tras graduarse, estuvo dedicando 12 horas diarias al MIR. Normalmente la prueba se hace en enero, pero este año por el covid se hizo el 27 de marzo. 

El sistema de elección de plazas MIR este año no es presencial. En primera instancia se propuso que cada aspirante hiciera una lista de todas las opciones posibles y las enviara al Ministerio, lo que equivalía a que cada candidato planteara 4.000 opciones a ciegas, a riesgo de que quedaran plazas sin cubrir. 

Tras las manifestaciones de rechazo, finalmente el Gobierno rectificó. Ahora citará a los candidatos en turnos de 400 personas, en base a su nota, para que introduzcan su lista y así recortar el abanico. 

«Me gustaría Medicina de Familia», indica. Carmen calcula que cuando se incorpore en julio, estará 4 años de residente. Una vez acabe su formación, será adjunto. Hay residencias de 5 años, como las más quirúrgicas. «Yo realmente me considero médico con unos 30 años. He acabado la carrera a los 24. Finalizada la residencia, «es buscar un centro de salud, opositar, ganarme la plaza... Es vocacional», concluye.