Los castellonenses podrán volver a disfrutar del placer de comer y beber en los locales festivos --de casales falleros, peñas o collas-- a partir de este jueves, 1 de julio, siempre y cuando se ciñan a la normativa anticovid que rige en la hostelería; y en cuanto a horarios, sin límites ya, salvo el que fijen los ayuntamientos.

La consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Ana Barceló, ha hecho este anuncio hoy martes, entre las medidas adoptadas en la Mesa Interdepartamental destaca la apertura de las sedes festeras, tan habituales en las poblaciones de Castellón, y que solían utilizarse como punto de encuentro de la vida social durante los festejos y a lo largo de todo el año.

Barceló ha señalado que será a partir del 1 de julio cuando decaerá la restricción de la actividad y los horarios de apertura y cierre de estos locales, que serán regulados por los ayuntamientos. Además, se podrá consumir comida y bebida siguiendo las medidas establecidas para el sector de la restauración, tales como el cierre de barras, el aforo al 50%, y mesas de hasta 10 personas. Para el resto de actividades, como tareas administrativas, se mantiene el aforo del 75%.

Por último, la consellera ha hecho un llamamiento a la responsabilidad del ámbito de las fiestas, tales como la Magdalena, las Fallas, los Moros y Cristianos y cualquier otra fiesta popular que se celebre en la Comunitat Valenciana.

El presidente de la Federació de Colles de Castelló, Pepe Beltrán, ha valorado hoy en positivo esta medida, a falta de conocer la letra pequeña. Señaló que hasta ahora "la gente no ha abierto en general las collas en este tiempo", aunque la normativa ha ido variando, y lo máximo que llegó a permitirse fue "utilizarlos con un aforo de 10 personas para reunión, pero sin comer ni beber dentro, y en un determinado horario".

La concejala de Fallas de Burriana, Sara Molina, se ha mostrado "contentísima" porque era una reivindicación de las comisiones el poder reunirse a comer en sus locales. "El colectivo fallero está muy contento. Ahora, muchos viernes, quedaban para tareas como liquidar la lotería --o elaborar la Cruz de Mayo, cuando se prepararon-- pero sin cenar allí. Comían en el bar de al lado. Imagino que ahora --quizás, ya este mismo viernes-- aprovecharán para hacer pa-i-porta en su casal, que era lo que estaban deseando", explicó. A la espera de que se publique el decreto, sobre el horario, Molina cree que quizás se pueda acoplar el mismo de cierre que sigue ahora la hostelería, puesto que a nivel organizativo los integrantes de las fallas deberán ceñirse al protocolo de aforos y reparto de comensales por mesa que cualquier restaurante. "Hemos salvado a sectores vinculados a la fiesta, pero la mejora manera de salvarlos es también dejar a los falleros y falleras ir a sus casales: a trabajar, a celebrar y a pasarlo bien siempre siguiendo todas las medidas que vienen fijadas por la Conselleria. Seguro que las comisiones lo hacen bien, porque lo han hecho bien hasta ahora", apuntó.