Los castellonenses vuelven a viajar, al menos lo hace la mitad de quienes se acercaban a una agencia de viajes como mínimo cara a las vacaciones del verano.

Después de un 2020 casi en blanco como consecuencia de la pandemia, salir del lugar de residencia resulta de nuevo no solo atractivo, sino también posible. Sin embargo, las dificultades permanecen y el 90% de ese 50% que contrata salidas se queda en España y ni de lejos se plantea ir más allá de nuestras fronteras.

El portavoz del centenar de agencias de viajes con sede en la provincia y presidente de la asociación que las agrupa, Diego Tirado, explica que «quienes contratan viajes nacionales, que son la inmensa mayoría, en torno a un 90%, lo hacen para ir a las islas, a Canarias o Baleares; así como al norte, a las comunidades de Galicia, Cantabria o Asturias, donde el clima es más suave en verano».

El perfil

En cuanto al perfil medio de quien contrata destinos nacionales desde Castellón en este estío atípico, marcado por el coronavirus, es más variado que nunca, ya que la crisis sanitaria ha hecho desaparecer el reparto de tipos de viajes en función de edad o de la compañía o no con la que se desplaza cada persona.

Por tanto, prácticamente cualquier tipo de cliente se queda en territorio doméstico. «Antes, las personas de 60 o 65 años se iban a Rusia y hoy van a otros puntos de España, mientras que los de 40 o 50 hacían grandes viajes, pero ahora se quedan, y lo mismo con las familias o las parejas, jóvenes o mayores», puntualiza Tirado.

«El hándicap es que el mercado internacional, nuestro mercado fuerte en larga distancia, es imposible en estos momentos, porque hay que hacer cuarentenas, y también porque la gente tiene miedo a ir a países que están a muchos kilómetros de distancia», añade.

Las únicas excepciones en cuanto a la demanda castellonense son algunas de las grandes ciudades europeas, fundamentalmente París y Roma, aunque Grecia también tiene alguna salida.

En larga distancia, tan solo permanecen los viajes de colombianos o rumanos, que vuelven a casa ahora que pueden volver a hacerlo, pese a las restricciones.

Por otra parte, según el empresario, los cruceros prácticamente han desaparecido, por que hay muy poca oferta, pero también porque no hay demanda.

Gasto normal

Por otra parte, el hecho de que en el 2020 casi nadie saliera de viaje en vacaciones no ha llevado a que los castellonenses contraten paquetes de lujo para resarcirse, sino que, según las agencias consultadas, «el gasto es, salvo excepciones, el normal»

Lo que no es tan normal es el importante incremento del coste que están sufriendo productos vinculados con el turismo, como los billetes de avión. Un ejemplo es que volar a Lanzarote costaba hace un mes 30 euros con una compañía de bajo coste y ahora el precio es de 200 euros.

La mayor movilidad de los ciudadanos, una vez comenzada la desescalada y avanzada la vacunación es la causa principal y que tiene que ver, pero menos, con los precios del alquiler de coches, que se han disparado hasta un 300%. En este caso, por los problemas por los que atraviesa el sector del automóvil por la falta de chips, complica al rent a car renovar las flotas y lo que suma a la hora de encarecer los precios.

En general, la situación en la provincia de Castellón se parece bastante a la media de lo que está ocurriendo en el entorno más próximo, en el conjunto de la Comunitat Valenciana.

El entorno

En el ámbito autonómico, un 60% se quedará cerca de casa y el 30% restante se reparte por España, sobre todo las islas, la andaluza Costa de la Luz y el norte de España, según la Asociación Empresarial Valenciana de Agencias de Viaje (AEVAV). 

Si se amplía el foco, la situación en todo el Estado es similar, ya que nueve de cada diez ciudadanos optan por permanecer en el país para disfrutar de sus vacaciones. En cuanto a los destinos más solicitados, Andalucía o las zonas del norte serán las más visitadas en un verano en el que el turismo español supondrá casi el 80% de la afluencia total

La prudencia se suma, por tanto, de forma mayoritaria a la realidad de que el coronavirus continúa presente en la sociedad, tal y como están mostrando las últimas cifras, desde que acabó el estado de alarma y, especialmente, desde que ya no es obligatoria la mascarilla en los exteriores.