Hasta hace una semana nada hacía presagiar que el verano del 2021 iba a ser un mal año para el turismo en Castellón. Pero en tiempo récord uno de los peores escenarios posibles ha pasado de esbozo a convertirse en una amenaza real. Con muy pocas horas de diferencia, el president de la Generalitat, Ximo Puig, anunciaba ayer nuevas restricciones en la Comunitat por el alza de contagios y el Gobierno francés llamaba a sus ciudadanos a evitar España y Portugal como destino turístico. Dos decisiones en un mismo día que impactan de lleno en la industria turística provincial y amenazan con echar por tierra una campaña que estaba llamada a ser la de la recuperación del sector.

Francia es el principal mercado emisor de turistas internacionales. En 2019 llegaron a Castellón 100.000 visitantes galos y la inmensa mayoría se alojaron en segundas residencias, apartamentos en alquiler o cámpings de municipios como Vinaròs, Peñíscola, Alcossebre y Orpesa. Su estancia media fue de 12,9 días y gastaron alrededor de 59 euros por jornada en restaurantes o comercios, según datos de la Turisme Comunitat Valenciana. «Como cualquier decisión restrictiva, el anuncio del Gobierno de Francia es una mala noticia siempre. En Peñíscola y alrededores puede tener impacto especialmente en el alquiler de vivienda turística y de cámpings», explica Francisco Ribera, presidente de Agretur, la asociación que aglutina a los empresarios turísticos de Peñíscola.

Quienes en el litoral de la provincia se dedican al alquiler vacacional han recibido el veto francés como un jarro de agua fría. «La noticia no favorecerá en absoluto al sector, aunque es cierto que las reservas ya están avanzadas y nuestro perfil de cliente poco tiene que ver con los colectivos en los que más se está propagando el virus», dice Juan Antonio Beltrán, gerente de Altubel, que gestiona viviendas turísticas en Peñíscola y donde el mercado francés representa el 15% de la clientela. 

José María López, presidente de la Asociación Provincial de Cámpings de Castellón, asegura que en julio y agosto afectará poco al sector, pero sí podría hacerlo a partir de septiembre. «En estos dos meses el 90% de los clientes de nuestras instalaciones son nacionales. En septiembre sí pensábamos recuperar parte del turista francés que perdimos el año pasado pero la decisión del Gobierno galo no ayuda en nada».

Apartamentos, cámpings y hoteles dan por sentado que este julio el turismo francés se resentirá y el sector asiste también con preocupación al frenazo que están sufriendo las reservas por parte de clientes españoles. «El alza de los contagios, las restricciones anunciadas por la Generalitat... en pocos días hemos pasado de tener unas previsiones magníficas a ver como se están congelando las reservas», describe López. 

En el sector ya no respira el mismo optimismo que hace unas semanas, pero confían en el avance de la vacunación y el control de contagios para salvar el verano.