Se llama Anagyrus aberiare y es un parasitoide cuya misión es masacrar la población del temido cotonet, la plaga que trae de cabeza a los citricultores de la comarca de la Plana Baixa . Y se cría en el insectario que la Conselleria de Agricultura tiene en Almassora, a muy pocos kilómetros de la denominada zona cero de la plaga en España. Desde hace algo más de un año, en estas instalaciones un equipo de biólogos y técnicos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) reproducen un parasitoide que actúa sin piedad contra el enemigo. La hembra pincha las larvas del cotonet y pega en ellas sus huevos. Cuando estos eclosionan, los pequeños individuos se comen desde dentro la larva de su anfitrión. «La suelta de este parasitoide, importado directamente desde Sudáfrica, está dando buenos resultados, aunque no se descarta buscar otros. Cuantos más enemigos mejor», explica Vicente Dalmau, jefe del servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat Valenciana.

Vicente Dalmau y Roger Llanes, en el insectario de Almassora David García.

Roger Llanes, secretario autonómico de Agricultura, describe que el proceso para dar con este depredador natural del cotonet ha sido todo menos sencillo. La plaga llegó a la Comunitat hace un década y, aunque en un principio se pensó que era autóctona más tarde se concluyó que procedía de Sudáfrica y que había viajado con los cítricos exportados desde aquel país, donde tiene depredadores naturales que no hacen necesario un control. «Fuimos allí e identificamos parasitoides y depredadores que controlaban el cotonet. Se identificó al Anagyrus y a muchos otros, Esta fue la primera fase, la segunda ha sido la cría y aclimatación aquí, previa a todas las autorizaciones tanto de Sudáfrica como del Gobierno español», cuenta Llanes.

Desde que el Ministerio autorizó, hace un año, a la Generalitat a realizar liberaciones del Anagyrus, ya se han efectuado 206 en 108 puntos diferentes de las tres provincias valencianas. Se han liberado en 37 municipios de 12 comarcas (ver mapa adjunto), aunque la mayoría han sido en la Plana Baixa, la zona más afectada. 

Uno de los técnicos que trabaja en el insectario de Almassora. David García

Para lucha luchar contra la plaga y, junto a la suelta de este parasitoide, la Conselleria ha repartido más de 1,7 millones de dispositivos con feromona (solo en la Plana Baixa han sido 787.450) que con la aportación de los agricultores han permitido cubrir más de 7.600 hectáreas de cultivo. «Somos la Comunidad que más presupuesto dedica a luchar contra las plagas y este 2021 el presupuestos ha aumentado en 6 millones de euros, hasta los 26 millones», apunta el secretario autonómico.

Pero, ¿son suficientes todas estas medidas? A juicio de los agricultores, no. «La solución, por desgracia, no es automática. La lucha biológica tiene un efecto a medio plazo. Ha habido un incremento poblacional importante y estamos y seguiremos haciendo y todo lo que está en nuestras manos para intentar controlarlo», sentencia Llanes.