Los farmacéuticos de Castellón ya disponen de tests rápidos de detección del coronavirus para poder empezar a venderlos sin receta médica, a priori, este mismo miércoles después de que el martes el Consejo de Ministros apruebe el real decreto que establece la comercialización libre de estas pruebas de antígenos de fácil manejo. Ahora que la comercialización es inminente se abre el debate sobre el control que pueden tener los resultados de una prueba que un particular se realiza en su propia casa sin tener la obligación de comunicar si es positivo a Sanitat. De ahí que los farmacéuticos de Castellón se hayan ofrecido a poder realizarlas en sus propios establecimientos para poder así comunicar, mediante algún tipo de protocolo, el resultado de las pruebas a la Conselleria de Sanitat.

«La venta de los tests como se va a hacer llega tarde, ya que en otros países europeos llevan meses comercializándose en farmacias y, además, es incompleta porque se deja en la responsabilidad del ciudadano notificar un resultado positivo, por eso nosotros ofrecemos a Sanitat la posibilidad realizarlo en la farmacia y comprobar el resultado», explica el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Castellón, Castellón, Sergio Marco.

Asimismo, Marco indicó que ya hay comunidades, como Aragón que van a llevar a cabo este modelo que también se está estudiando en otras regiones como Galicia. 

Respuesta de Sanitat

A este respecto, desde Sanitat señalaron ayer que no tienen ningún ofrecimiento formal del colegio profesional a este respecto y que esperarán a conocer la normativa al respecto para decidir si llevan a cabo alguna medida.

Ahora que los contagios de coronavirus vuelven a presentar una tendencia al alza, especialmente, entre los jóvenes, la mayoría de cuales son asintomáticos, los tests para detectar el virus son fundamentales para poder frenar la cadena de transmisión. «El paciente debe ser responsable, este tipo de test es para descubrir positivos no para descartar negativos, explica el farmacéutico castellonense Jaime Alcalá.

Estas pruebas nasales cuestan de media unos siete euros, a la espera de conocer si el Gobierno opta por regular su precio. El modo de empleo es muy sencillo y solo hay que extraer una muestra de la parte externa de la fosa nasal.