La reincorporación de los trabajadores afectados por los ERTE y la reducción de las listas del paro en Castellón han hecho posible que el dinero destinado al pago de prestaciones por desempleo recupere cifras semejantes a los meses previos al covid. Los últimos datos disponibles, ofrecidos por el servicio público estatal de empleo (SEPE) a comienzos de este mes revelan que la factura ascendió a 26,3 millones de euros. En marzo del pasado año, justo antes de la oleada de expedientes temporales de empleo, el gasto por este concepto fue de 21,7 millones.

Unos números que quedan lejos de los peores momentos de la pandemia, en los que el confinamiento de la población y la gran cantidad de ERTE registrados elevaron la cuantía de prestaciones en la provincia a 59,7 millones. Una cifra récord que se dio en mayo del 2020. A partir de junio empezó a revertirse la situación, con el comienzo de la primera desescalada y la reapertura de comercios no esenciales y establecimientos de hostelería y turísticos.

Aún así, el primer año de la pandemia se saldó con un incremento de las aportaciones a los parados del 67% en Castellón, al alcanzar los 410 millones de euros entre marzo del 2020 y marzo del 2021. La suma de los 12 meses inmediatamente anteriores se quedó en 246 millones.

Pese a las dudas que la quinta ola suscita en la evolución de la economía, especialmente en el terreno del ocio, la hostelería y el turismo, se espera que los próximos datos, que se darán a conocer en la primera semana de agosto, muestren un nuevo descenso. La cantidad de desempleados se encuentra, a día 30 de junio, en 42.691 personas, una cifra muy similar a los 42.608 demandantes de empleo registrados en marzo del 2020. El número de personas que han abandonado estas listas en los dos últimos meses son casi 3.000.

Parados temporales

El detalle de las personas incluidas en un ERTE muestra cifras positivas. A finales del pasado mes la cifra era de 2.454 personas. La más baja desde que comenzó a aplicarse esta fórmula en cientos de negocios afectados por el cierre de establecimientos para atajar los contagios. En abril del pasado año llegaron a ser 35.536 los afectados solo en la provincia. Una magnitud que descendió de forma progresiva durante el verano y el otoño del pasado año, pero que repuntó a gran velocidad a partir de enero. Fue en ese momento cuando la Generalitat restringió la actividad en la hostelería. Primero con cierres hasta las 17.00 horas y, posteriormente, con un cierre total ante la letal tercera ola del covid.

A falta de conocer el impacto del brusco incremento de la incidencia iniciado en las últimas semanas, y si esto tendrá como consecuencia alguna nueva restricción en determinados negocios, se espera que, al menos, haya viento a favor para el empleo hasta septiembre, con su disminución en los costes para los parados. 

Castellón encabeza la cifra de contratos temporales

Otro efecto de la reactivación de la economía en esta fase de la pandemia viene de las contrataciones temporales cara a la temporada veraniega. El territorio de la Comunitat que más ha incrementado este concepto respecto al año anterior es Castellón, con un 46,6%, seguida por Valencia (21,4%) y Alicante (17,7%). El incremento nacional es del 17%. La empresa Randstad ha elaborado este balance en función de los datos aportados por el SEPE. Desde la compañía, Luis Pérez comenta que las cifras «son una gran noticia, ya que la contratación temporal es una herramienta fundamental para la creación de contratos indefinidos, además de ser un instrumento útil para responder a las necesidades productivas de España». Aun así, el ritmo sigue estando por debajo del registrado en el verano del 2019.