La Generalitat pidió ayer al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) la autorización que permita extender el toque de queda, hasta el 16 de agosto, a más municipios con el objetivo de frenar el impacto de la pandemia. En concreto, la restricción que ahora se aplica a 32 localidades valenciana pasaría a afectar a 77 poblaciones, 11 de ellas en la provincia de Castellón. A Benicàssim se le sumarían Vinaròs, Peñíscola, Alcalà, Torreblanca, Orpesa, Almenara y Burriana, todas ellas en la costa, y con un marcado carácter turístico. La restricción de la movilidad nocturna, de 01.00 a 06.00 horas, afectaría también a Vila-real, Onda y Borriol.

En todos estos municipios la incidencia acumulada está disparada, aunque hay otros, como Castelló o Almassora, que también tienen este indicador en valores similares. De ahí que se constate que Sanitat, como ya dijo la consellera del área, Ana Barceló, mida también otros criterios para decretar esta medida, como la tasa de positividad o el hecho de que haya la temida transmisión comunitaria, es decir, no se conozca el foco de los contagios.

El listado de municipios propuesto por la Conselleria de Sanitat refleja que son pocas las localidades costeras que se librarán de la medida; el Grau, Almassora, Nules, Moncofa o Xilxes. En los municipios del litoral que son reclamo turístico la población llega en verano incluso a multiplicarse por ocho o diez respecto al padrón, de ahí que ya hayan pedido a Sanitat aplicar un factor corrector para medir la incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes, dado que es uno de los principales indicadores para medir la evolución.

La mesa interdepartamental se reúne hoy

Por tanto, el Consell confía en contar en las próximas horas con el aval de la justicia, aunque previsiblemente este no llegará antes de la celebración de la mesa interdepartamental para la prevención y actuación ante el covid-19 que hoy decidirá si prorroga o endurece las restricciones vigentes. Todo hace indicar que se seguirá con el cierre del ocio nocturno y con la limitación de las reuniones a 10 personas. Esta última medida también dependerá del respaldo del alto tribunal valenciano ya que afecta directamente a derechos fundamentales.

El Ejecutivo valenciano confía, como ha remarcado en varias ocasiones el presidente, Ximo Puig, en disponer del beneplácito del TSJCV para aplicar las limitaciones, como ha ocurrido hasta ahora, a diferencia de otras comunidades donde los tribunales han rechazado las medidas anticovid que querían ponerse en marcha.

Así, el pasado 12 de julio, el alto tribunal valenciano ya dio el visto bueno --además de a la limitación a un máximo de 10 personas de las reuniones sociales y familiares-- a la restricción de la movilidad nocturna en 32 localidades de más de 5.000 habitantes con mayor riesgo epidemiológico.

La sala consideró entonces que las medidas eran «equilibradas», pues se derivan de ellas «más beneficios para el interés general que perjuicios sobre otros bienes o valores en conflicto».

Freno a los contagios

Cara a la mesa interdepartamental de hoy, Puig reiteró ayer, durante un acto en Madrid, que todas las decisiones se basarán en la situación actual: «La prioridad siempre será frenar contagios y asumir la corresponsabilidad colectiva con las restricciones necesarias». El presidente reconoció que la coyuntura es complicada por la extensión de la variante delta, aunque insistió en que no tiene «nada que ver con enero» cuando había casi diez veces más hospitalizados.

De igual modo, el presidente subrayó que la inmensa mayoría de la población cumple con la recomendación de llevar mascarilla, algo por lo que apuestan ahora otras autonomías, como País Vasco o Andalucía, y que la Comunitat aconsejó en las últimas directrices sanitarias, pese al levantamiento de la obligatoriedad en exteriores.

El sector turístico fía al otoño poder salvar la temporada 

El sector turístico está siendo duramente golpeado por esta quinta ola. Los efectos sanitarios que está teniendo son una realidad, especialmente, en los centros de salud dado que la mayoría de contagiados son jóvenes con síntomas leves, pero también lo son los perjuicios económicos que está provocando. Una vez más se complica el siempre difícil equilibrio entre sanidad y economía.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, lamentó ayer que este verano vaya a ser la segunda temporada turística «perdida, aunque no del todo» en la Comunitat Valenciana por la caída del turismo internacional, aunque destacó la «primera reacción positiva» de los británicos tras el fin total de las restricciones en Reino Unido.

De todos modos, Puig confío en las buenas expectativas del turismo nacional, dado que la situación epidemiológica es muy similar en toda España. 

En este sentido, el vicepresidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castellón (Ashotur), Luis Martí, confío en que hoy el Consell prorrogue las medidas vigentes, ampliando el toque de queda a otros municipios, pero no vaya más allá en la modificación de los horarios de la hostelería «porque en pleno verano sería un suicidio a nivel turístico y daría una imagen de destino no seguro».

«La pandemia se acaba con más vacunación no con más restricciones», subrayó Martí, al tiempo que confío en que la temporada turística pueda salvarse alargando el verano y logrando en otoño recuperar las pérdidas ocasionadas este mes de julio por el avance del covid-19.