La mayor circulación del virus debido a la variante delta, que resulta más contagiosa, y una cierta relajación en las medidas, especialmente, entre la población más joven ya está teniendo efectos en las residencias de mayores, el colectivo más vulnerable frente al covid-19. El virus ha entrado ya en varios centros por contagios de sus trabajadores provocando que se vuelvan a aplicar duras restricciones para evitar posibles brotes. De todos modos, como remarca el presidente de la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunitat (Aerte), José María Toro, la situación llama a la «prudencia», pero no tiene nada que ver con la de olas anteriores, ya que la letalidad ha caído por completo.

Afortunadamente desde el pasado mes de marzo las residencias de la provincia de Castellón no han registrado víctimas mortales por el coronavirus, lo que supone cinco meses sin decesos, constatando la efectividad de la vacuna frente al covid-19 en este colectivo, que fue el primero en ser inmunizado, a la hora de evitar cuadros graves de la enfermedad.

«Está claro que está habiendo más casos porque hay una mayor propagación y si el virus está fuera acaba entrando, en muchos de los casos son trabajadores a los que contagian sus hijos adolescentes, al estar vacunados el cuadro clínico es leve, pero hay que activar las medidas», explica Toro. La patronal lanza un mensaje de tranquilidad porque antes de la vacunación la letalidad en los mayores de 80 años era muy elevada, al fallecer cerca de uno de cada cinco contagiados.

Dos positivos en Vinaròs

Pero las alertas siguen encendidas en los centros que miran de reojo esta quinta ola que se caracteriza por la explosión de positivos entre los jóvenes. Por ejemplo, el Hogar San Sebastián de Vinaròs ha comunidado a las familias que se restringen a su totalidad las visitas y salidas a los residentes al tener dos positivos entre los trabajadores. «Aquí los residentes están sin síntomas, solo algún constipado que el médico está haciendo el seguimiento», señala el mensaje remitido a las familias.

El presidente de Aerte pide que se realice una prueba PCR a los trabajadores cuando regresen de sus vacaciones

A modo de prevención y para evitar que sea el personal el que pueda entrar el covid a los geriátricos, desde Aerte insisten en pedir a la Conselleria de Sanitat que se realice una prueba PCR a los trabajadores cuando regresen de sus vacaciones. «En Cataluña, es verdad que la incidencia es mucho mayor, pero se ha decidido realizar tres pruebas semanales a los trabajadores no vacunados y una a los que sí lo están», señala a modo de ejemplo Toro.

Permitir el contacto físico

Dado el empeoramiento de la situación epidemiológica y tras la resolución del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), desde Aerte se mantienen prudentes en cuanto a avanzar en la desescalada, aunque siguen defendiendo la necesidad de permitir a los residentes el contacto físico con sus familiares durante las visitas.

El alto tribunal valenciano ya desestimó las medidas cautelares que había solicitado Aerte para permitir el contacto físico seguro en los centros residenciales al entender que no se dan los requisitos necesarios para aceptar las medidas solicitadas al entender que el interés general de salud pública prevalece sobre los argumentos aportados por la asociación.

También rechazó la anulación de la reserva del 5% de las plazas para aislamiento en centros y que afecta a unas 1.400 plazas.