Los niños y adolescentes de Castellón diagnosticados de Trastorno del Espectro Autista (TEA) comparten aula desde septiembre hasta junio con compañeros sin discapacidad alguna en centros ordinarios. Sin embargo, cuando llega el verano los padres que no pueden atenderles se encuentran con la imposibilidad de que sus hijos prosigan con estas rutinas, pues no existían escuelas de verano inclusivas en la provincia… hasta ahora.

La Asociación Compartim, que realiza en Castelló terapia y diagnóstico a niños, niñas y adolescentes, con autismo, ha conseguido dar solución a las familias que buscan conciliación en esta época estival, en la que otras empresas de extraescolares incluso han llegado a echar a estos niños al poco de empezar la escoleta por "no poder atenderles", según confirma Patricia Bort Arbona, directora de Compartim.

El campus ayuda en la conciliación familiar a familias que cuentan con hijos con TEA.

Esta escuela inclusiva, realizada por Compartim junto con Iocum y con la ayuda de Fundación Caixabank, subvenciona a los tres terapeutas específicos para los niños con TEA. “Sin esa ayuda sería imposible hacer la escoleta, que es única en Castellón. Tenemos siete alumnos, pero podríamos tener muchos más de toda la provincia”, añade Bort.

Sobre la convivencia en el campus añade que “no hay ningún problema entre los niños, de hecho los que tienen TEA son muy populares por sus compañeros”. La clave, eso sí, “es la formación del personal. Cada niño está en su grupo con su edad y con una terapeuta especializada por grupo”. 

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De todas formas, Patricia Bort quiere aprovechar este espacio para “denunciar la falta de apoyo que reciben las familias, porque si se formara a más monitores las familias no tendrían tantos problemas como tienen”.