La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (también conocida como Unesco), además de fomentar el desarrollo social a nivel mundial, se encarga de confeccionar listas y registros de los lugares y expresiones culturales más relevantes de la humanidad a fin de facilitar su vigilancia y, por tanto, su preservación.

Las listas más notorias son el Patrimonio Mundial o Patrimonio de la Humanidad —en la que España es el tercer país, tras China e Italia, con más posesiones inscritas— y el Patrimonio Cultural Inmaterial. Pero existen más. Como la lista de Ciudades Creativas, el Registro Memoria del Mundo, las Reservas de Biosfera, los Geoparques Mundiales de la Unesco y el Atlas UNESCO de las Lenguas del Mundo en Peligro.

Con motivo de la reciente inclusión de Madrid en la lista del Patrimonio Mundial, el tema ha vuelto a la actualidad, y no está de más recordar que hay patrimonio de Castellón, material e inmaterial, presentes en los registros de la Unesco.

1.Los conocimientos y técnicas del arte de construir muros en piedra seca (inscritos en 2018)

Muro de piedra. Pixabay

Aquí se insertan las nociones y prácticas sobre cómo levantar muros apilando piedras y prescindiendo de otros materiales de construcción, excepto de tierra seca en algunas ocasiones. Estos muros son comunes en las zonas pobladas de las regiones rurales, e incluso fuera de ellas. En Castellón se pueden apreciar muy bien en la zona de Els Ports.

Sobre todo abundan en los terrenos escarpados, pero también se pueden encontrar en las regiones urbanas. Son construcciones firmes, consistentes, merced a una diligente elección y colocación de las rocas. Con ellos se han edificado distintos hábitat humanos, así como estructuras para la ganadería y la agricultura.

Estas técnicas son un legado de las poblaciones desde la prehistoria hasta la época moderna, que las usaban para distribuir y separar sus espacios de vida y trabajo aprovechando los recursos naturales y humanos. Estos muros son cardinales para la prevención de los corrimientos de tierra, las avalanchas, las inundaciones, la erosión y la desertificación. Contribuyen a crear condiciones microclimáticas apropiadas para la agricultura y mejoran, además, la biodiversidad.

2.Las tamboradas, repiques rituales de tambores (inscritas en 2018)

Típicas de varias localidades de la provincia, con la Rompida de la Hora de l'Alcora como máximo exponente, las tamboradas son repiques rituales potentes, prolongados y acompasados de miles de tambores que redoblan de forma repetida en cuantiosos espacios públicos rurales y urbanos. Cada año ayudan a tejer un ambiente sonoro que promueve sentimientos identitarios y comunitarios.

Suelen integrar las fiestas de Semana Santa; sin embargo, también pueden poseer un carácter civil y lúdico. Las tamboradas no son solo una celebración, también comprenden los banquetes públicos, la fabricación de los instrumentos y las vestimentas que exornan a los participantes; y sirven para impulsar la artesanía local.

El arte de la tamborada lo transmiten los participantes más veteranos a los más novicios y, con ello, les inculcan un sentimiento de adhesión e identificación a un colectivo. Esta enseñanza se produce a través de la organización de tamboradas nacionales e infantiles, de concursos y de talleres educativos.

3.El arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica (inscrito en 1998)

Barranco del arte prehistórico de la Valltorta. Rinconalia

Sitas en el litoral mediterráneo de la península, las zonas de arte rupestre datan del final de la prehistoria (3.500 años a. C. hasta 2.500.000 años a. C.), y constituyen un conjunto de gran envergadura que muestra un periodo decisivo de la historia de la humanidad mediante pinturas únicas. Para conocer este arte, existen dos propuestas en Castellón.

Una es Valltorta, el único museo de la Comunitat Valenciana sobre este estilo pictórico. Fue gracias a la labor divulgativa de Valltorta que declararon Patrimonio Mundial al arte rupestre del arco mediterráneo.

4.La dieta mediterránea (inscrita en 2013)

Pixabay Queso, pan y tomate.

El término «dieta mediterránea» abarca los conocimientos, competencias prácticas, rituales, tradiciones y símbolos ligados con los cultivos y cosechas agrícolas, la pesca y la cría de animales, así como el modo de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir los alimentos.

La acción de comer acompañado es uno de los pilares identitarios y de continuidad culturales de las comunidades de la cuenca del Mediterráneo.

Es más que el momento de la ingesta; es un intercambio social que reconstruye y apuntala los lazos familiares, grupales o comunitarios. Este elemento del patrimonio cultural incorpora los valores de hospitalidad, fraternidad y respeto a la diversidad. Es un unificador social.