Reforzar el papel de la Unión Europea como principal destino de los cítricos que se cultivan en la Comunitat, y luchar ante las instituciones comunitarias frente a aquellas decisiones de Bruselas que perjudican a los productores autóctonos. Este es el propósito del lobi que se traza desde la Conselleria de Agricultura y los principales actores del sector, y que ayer reflejó con el primer encuentro una imagen de unidad.

La inmediata meta de este frente común tiene como fecha el mes de octubre. En ese momento tiene que negociarse la revisión del vigente acuerdo entre la Unión Europea y Sudáfrica. La citricultura de la Comunitat reclama que sea a la baja, teniendo en cuenta que en los últimos años las importaciones procedentes de este país extracomunitario han aumentado en un 30%. La consellera de Agricultura, Mireia Mollà, mencionó que uno de los pasos tomados es la petición ante el Ministerio con el fin de que solicite para los cítricos valencianos la declaración de producto sensible ante la Unión Europea. Mollà ha remitido una carta al ministro Luis Planas para que defienda a los intereses de los citricultores en su condición de interlocutor directo ante Bruselas.

Además de la titular del departamento autonómico, la reunión contó con la asistencia de la eurodiputada Inmaculada Rodríguez Piñero; el secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, Roger Llanes; la directora general de Relaciones con la Unión Europea, Daría Terradez; así como de representantes de las organizaciones agrarias (Unió de Llauradors, AVA-Asaja, UPA-PV, Federació de Cooperatives de la Comunitat Valenciana, Intercitrus y el Comité de Gestión de Cítricos).

«Distorsión»

La misiva de Mollà también destaca la presencia creciente de cítricos en la Unión Europea procedentes de países como Egipto y Turquía. «Se trata de una dura competencia que incide negativamente en los precios y distorsiona el panorama comercial de forma alarmante», recalcó.

Por parte de las organizaciones agraria, el secretario general de la Unió, Carles Peris, puso el foco en las diferentes varas de medir a la hora de analizar el uso de pesticidas. «Si producimos bajo las normas más estrictas a nivel mundial, cualquier producto que tenga que venir al bloque europeo debe tener esas mismas formas de producción y una tolerancia cero con los pesticidas y con el límite máximo que se puede detectar en frontera», reclamó. El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristóbal Aguado, comentó que en Sudáfrica «existe un auténtico descontrol con las plagas, que no se analizan bien ni en el trayecto ni en el origen ni cuando llegan a Europa», y lamentó que haya puertos como Rotterdam en los que los controles de sanidad vegetal son excesivamente laxos, con el riesgo de que llegue alguna plaga, como ya ocurrió a partir del 2009 con el tristemente célebre cotonet.

La eurodiputada Rodríguez Piñero valoró que el de ayer fue «un día importante, porque tenemos que ser escuchados con una voz alta y clara para que las reivindicaciones sean atendidas», y añadió que es fundamental «ir a Bruselas con informes y datos concretos a partir de septiembre», que justifiquen la necesidad de que los cítricos españoles sean catalogados como producto sensible y tengan una mayor protección respecto a los procedentes de zonas extracomunitarias. De lo contrario se corre el riesgo de un incremento de abandono de los campos, con el efecto económico y medioambiental que de ello se deriva.