Son rincones mágicos, desde los que se puede ver en todo su esplendor el variado y rico paisaje de Castellón. Estos son algunos de los mejores miradores que hay en la provincia.
Ermita de Santa Lucía (Alcossebre)
Es uno de los miradores más concurridos de todo el territorio provincial. En lo alto del monte San Benet, la ermita, que data de 1690, ofrece una perspectiva inigualable de la Serra d’Irta y del mar Mediterráneo, aunque la vista llega incluso a Orpesa y, si el día es claro, las Columbretes. La visita está especialmente recomendada al atardecer.
Embalse del Sitjar (Onda)
Lugar muy conocido por los aficionados al senderismo o al mountain bike, aunque también es posible el acceso en coche. En su momento incluso había un sofá para disfrutar de las vistas. El embalse, que data de 1960 y ocupa una superficie de 317 hectáreas, cuenta también con un área recreativa con mesas, bancos y zona de barbacoa en la que pueden pasar un agradable día en contacto con la naturaleza, lo que lo hace ideal para excursiones familiares.
Castillo de Pulpis (Alcalà de Xivert)
Desde sus 431 metros de altura ofrece panorámicas impresionantes del Baix Maestrat en pleno parque natural de la Serra d'Irta. El castillo fue levantado en el siglo X por los musulmanes, aunque a lo largo de los siglos, hasta el XII, hubo diferentes modificaciones. Junto al castillo se pueden apreciar restos de edificaciones, que en su momento albergaron el núcleo del primitivo poblado de Polpís.
Mirador de Orpesa
El camino que va desde la Renegà --que también tiene espectaculares vistas y calas muy apreciadas-- a Orpesa culmina en este mirador desde el que se puede ver la costa de Orpesa en toda su extensión. Es un desvío habitual que suelen coger las personas que pasean por la Vía Verde, como culminación del recorrido.
Mirador de Ares
En el camino que bordea la subida al castillo de Ares hay un inmenso balcón desde el que se contemplan unas magníficas panorámicas del extenso término, de la sinuosa carretera que sube el Coll de Ares, de los barrancos (el dels Molins o el dels Horts) y de los bancales de piedra en seco (patrimonio de la Unesco) que embellecen el inmenso paisaje.
Ermita de San Cristóbal (Benassal)
A 1.100 metros de altura, en la cima del monte Moncàtil, este mirador ofrece vistas de 360 grados de todo el entorno de Benassal. Así, se puede ver por un lado el Penyagolosa y por el otro, por ejemplo, Albocàsser. En cuanto a la ermita, data de 1717, tiene planta rectangular con contrafuertes laterales y torres cilíndricas a ambos lados. La fachada gótica cuenta con un arco de medio punto y puerta de estilo toscano.
Penyagolosa
Como el lógico, el punto más alto de la provincia, y el segundo de la Comunitat Valenciana, cuenta con unas vistas espectaculares. No es solo que se pueda ver gran parte de la provincia en toda su extensión, sino que, en días claros, se llega a ver las islas Baleares o el delta del Ebro.
Castillo de Castro (Alfondeguilla)
Desde este catillo de origen musulmán, totalmente arruinado, se puede contemplar el mar Mediterráneo, Penyagolosa ,las cumbres de la Sierra Galderona y un sinfín de montañas que se empujan unas a otras hasta perderse en la distancia. Por la parte sur, se hunde el barranco del Horcajo y, sobre él, se divisa la cicatriz de una senda que lleva a Alfondeguilla.
Desierto de las Palmas
Entre Benicàssim, Cabanes, La Pobla Tornesa, Borriol y Castelló de la Plana está este espacio tan interesante desde el punto de vista natural y paisajístico. Los atractivos para visitarlo son muchos, aunque uno de los más importantes son sus impresionantes vistas, no solo desde el Bartolo, las más conocidas, también desde les Agulles de Santa Àgueda (aunque desde este último punto hay que tener cuidado).
