La Generalitat oficializó ayer la petición de incluir al sector del azulejo dentro de los proyectos estratégicos singulares de recuperación económica que deberían recibir fondos de la Unión Europea que avanzó el president, Ximo Puig, el pasado viernes en la Conferencia de Presidentes.

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, solicitó ayer en la Conferencia Sectorial del Plan de Recuperación, la cual estuvo presidida por la ministra homóloga, María Jesús Montero, que las comunidades autónomas puedan singularizar las políticas industriales a financiar con esta aportación.

Soler defendió la diversidad en la estructura productiva del territorio nacional, razón por la que parte de los fondos deben estar enfocados a proyectos centrados en cada una de las comunidades, siendo su destino en la Comunitat Valenciana la cerámica, junto al textil o el calzado. 

El modelo de reparto

El modelo propuesto desde el Consell para articular estos fondos pasa por una versión autonómica de la estrategia, la cual permita dar cabida a sectores como el del azulejo, pero también a iniciativas estratégicas multidisciplinares con el objetivo último de impulsar la industria en el territorio y su recuperación y transformación tras el covid.

Otra de las peticiones desde el ejecutivo valenciano pasa por un reparto territorializado de los fondos europeos para que lleguen a los pequeños municipios sin que tengan que competir con otras administraciones de más tamaño. Al mismo tiempo, Soler instó a Montero a tener en cuenta en el diseño de las ayudas criterios relativos al fenómeno de la despoblación y de la congestión demográfica, dos fenómenos demográficos y sociales que se dan en la Comunitat y, en especial, en Castellón.

Sin partidismo

No obstante, el conseller apostó por llevar a cabo un intercambio de posturas constructivo pues «no estamos ante un debate partidista», e insistió en la colaboración ante «un plan Marshall que hay que aprovechar al máximo». Durante su intervención, Soler también demandó que se avance en la corresponsabilidad entre el Gobierno y las comunidades autónomas y que se clarifiquen, cuanto antes, todos los criterios y mecanismos de certificación y verificación.

«Estamos ante un mecanismo nuevo, con un funcionamiento completamente diferente al de los fondos estructurales y al del mecanismo financiero plurianual. Se trata de una oportunidad histórica que ha brindado la Unión Europea a todos los países y regiones, pero al mismo tiempo también estamos ante un reto, porque tenemos que gestionar unas ayudas de forma novedosa», concluyó.